Los tratados de libre comercio y el abandono estatal son las principales causas que  identificaron los líderes campesinos para la actual crisis en el sector.

Bogotá D.C., 28-mar-2014 (Comunicaciones CID). La historia, la actualidad y la importancia del movimiento social rural en el país en el contexto de la guerra y la crisis agraria, fueron algunos de los temas que abordaron los panelistas en la tercera sesión de la Cátedra de Sede Manuel Ancízar de la Universidad Nacional, en la cual participaron como panelistas los líderes campesinos César Pachón (Dignidades por Colombia) y Eberto Díaz (Fensuagro); así como los profesores de la UN Medófilo Medina y Mauricio Archila; y la investigadora del Centro de Memoria Histórica UN, Gloria Restrepo.

La historia de la movilización campesina colombiana

Dando inicio a la sesión, Mauricio Archila, profesor de la Facultad de Ciencias Humanas UN, hizo un recorrido sobre la historia de los movimientos sociales en el campo colombiano desde comienzos del siglo XX hasta nuestros días.

1.       Primer momento (1900 – 1930): La conformación de las Ligas Campesinas  y los Sindicatos Agrarios, que sumados a las protestas en las bananeras y al movimiento indígena liderado por Manuel Quintín Lame, hicieron visibles problemas del agro y abrieron la puerta para que el gobierno de Alfonzo López Pumarejo expidiera la Ley 200 de 1936, que si bien no cumplió las expectativas de ser la reforma agraria que necesitaba el país, “sirvió para legalizar títulos, modernizar algunos latifundios e imponer algunas sanciones a las tierras improductivas”, indicó el docente.

2.       Segundo momento (1960 – 1974): El auge en los movimientos sociales en el campo, después de la violencia política de los 50, que animados por las intenciones del presidente Carlos Lleras Restrepo de adelantar la reforma agraria, se reuniría en torno a la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) –la asociación campesina más grande e importante de la historia nacional–, “la cual se dividiría tras la firma del Pacto de Chicoral entre los empresarios del campo y el gobierno de Misael Pastrana, que terminó siendo un freno en seco a la reforma”, enfatizó Archila.

3.       Tercer momento (2013 – Hoy): En la actual coyuntura de la movilización agraria, el profesor destacó la participación de las comunidades indígenas y de las mujeres en la construcción de una propuesta integral que va más allá de la tenencia de la tierra y que propone soluciones para un desarrollo alternativo desde la noción del ‘Buen Vivir’ de los pueblos originarios, así como la autonomía de las Zonas de Reserva Campesina, la consulta previa y el crecimiento del campo, no sólo económico sino también desde una perspectiva humana.

Por último, Archila mencionó “que el simple hecho de que el movimiento campesino se denomine a sí mismo como ‘Dignidades’, es una forma de decir que sobre todo los campesinos merecen respeto”.

Subsidios no serían suficientes para solucionar la crisis

Como invitados especiales, la Cátedra contó con la participación de los líderes César Pachón y Eberto Díaz, quienes coincidieron en que la política de apertura iniciada en los 90 y los recientes tratados de libre comercio firmados por el gobierno han llevado al sector a una “crisis muy grave”.

Pachón señaló al gobierno de incumplir con los artículos 65 y 66 de la Constitución, que hablan de la especial protección que el Estado debe brindar para la producción de alimentos y el cuidado ambiental, pues “con la firma de acuerdos como la Alianza Pacífico y la adjudicación de licencias mineras en los territorios cultivables, se está incumpliendo con el mandato constitucional y se pone en peligro la soberanía alimentaria del país”.

El líder de Dignidades por Colombia, hizo énfasis en que “de nada servirán los subsidios y los créditos que ha ofrecido el gobierno, porque los campesinos seguimos perdiendo al vender por debajo de nuestros precios de producción”. Añadió que países como Estados Unidos gastan alrededor de US $97.000 millones en subsidios, mientras que en Colombia el Estado ha abandonado totalmente al campo.

En concordancia con lo expuesto por Pachón, Eberto Díaz indicó que cerca de 600.000 pequeñas industrias campesinas han quebrado desde la política de apertura comercial, que “sólo ha favorecido a los grandes empresarios y al sector financiero que es el que se queda con las ganancias del crecimiento económico”.

Los líderes campesinos dijeron que el movimiento rural tiene preparado un proyecto de ley para presentar al Congreso, que incluiría temas como la expropiación para los latifundios, el bloqueo al ingreso de los transgénicos, ayudas para solventar las deudas crediticias de los agricultores y legislación sobre las semillas.

Así mismo reiteraron que “la paz no se firma en el papel, sino en el campo y que es necesario que los campesinos puedan vivir con dignidad para que esa paz sea duradera”. Por último, aseguraron que el presidente Santos ha incumplido con lo pactado al año pasado. “Si el gobierno nos tomó del pelo en los diálogos, vamos a volver a las carreteras”, dijo vehementemente el representante de Fansuagro.

Ambiente político adverso para los movimientos agrarios

El profesor Medófilo Medina ubicó como el punto de partida de las recientes movilizaciones rurales en julio de 2012, cuando un grupo de indígenas desarmados en el Cauca intentaron expulsar pacíficamente tanto a las FARC como a la Fuerza Pública de su territorio.

En cuanto al Paro Agrario de 2013, Medina recordó que el gobierno intentó “estigmatizar las movilizaciones señalando supuestas infiltraciones de las FARC en los bloqueos y, como siempre, envío primero al ESMAD y luego sí decidió conversar”. Indicó que la principal causa de los problemas en el agro es la “reprimarización” de la economía que está viviendo el país después de las políticas comerciales y agrarias de las últimas décadas.

Para el docente, aunque el movimiento agrario colombiano cuenta con un respaldo cada vez mayor de otros importantes movimientos urbanos, aumentando su capacidad de influencia y protagonismo, “existe un ambiente político adverso debido a que la ultraderecha del país sigue marcando la pauta”.

Respuesta de los campesinos a la guerra

La investigadora del Centro de Memoria Histórica UN, Gloria Restrepo, inició su presentación mostrando un abrumador balance de las cifras que décadas de guerra interna han dejado en el país. Según los datos de la académica, “desde 1990 hasta 2011, se han producido 1.982 masacres con un saldo de 11.751 muertos, 9.869 afectados por las minas antipersona, 78.818 desaparecidos, 855 ataques a poblaciones, 23.161 víctimas de asesinatos selectivos y 27.023 secuestrados; gran parte de esas víctimas en el sector rural”.

Frente a este difícil panorama, Restrepo resaltó las formas de resistencia campesina, “que hicieron frente a los daños morales, socioculturales, económicos, emocionales, políticos y ambientales; permaneciendo en el territorio y recuperando los espacios públicos para restablecer el tejido social”.

A su vez, señaló la importancia que los movimientos rurales han tenido para establecer una defensa de la economía campesina frente al orden económico de la guerra y la autonomía en ese orden bélico.

La Cátedra de Sede Manuel Ancízar ‘Debates sobre la problemática agraria’, organizada por la facultades de Ciencias Agrarias, Ciencias Económicas, Derecho y Ciencias Políticas, Medicina Veterinaria y Zootecnia, y Ciencias Humanas; se realiza los sábados en el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional, hasta el 14 de junio de 2014.    

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