El reto de los industriales

Se ha enfatizado en la urgencia de adoptar medidas en pro del mejoramiento de la competitividad y productividad manufacturera, disminuyendo costos, aumentando infraestructura y corredores logísticos aunados, y fortaleciendo la capacidad del talento humano. Esto último con un enfoque especializado que responda a las necesidades actuales y futuras de la industria nacional a nivel técnico, tecnológico y profesional, y que cumpla con los altos estándares internacionales de competencias laborales, uno de los talones de Aquiles actuales del empresariado colombiano.

Por Raúl Ávila Forero*,

profesor de la Facultad de Ciencias Económicas

Universidad Nacional de Colombia

Bogotá D.C., agosto 13 de 2015. Entre hoy y mañana se realizará la versión 71 de la Asamblea Nacional de la ANDI en Cartagena, evento que congregará al Presidente de la República, ministros, empresarios y expertos internacionales, con la intención de abordar con sumo cuidado y urgencia los problemas que debe afrontar la industria fabril y el sector empresarial en lo que queda del año y en los venideros. De allí que en el marco del evento se lance la investigación “Estrategia para una nueva industrialización”, desarrollada por Fedesarrollo, para presentarla al Gobierno. Lo que se busca son acciones rápidas, pero sostenibles en el tiempo, que permitan reactivar uno de los dos sectores que más generan empleo sostenible en la economía colombiana.

La industria nacional da cuenta de una progresiva desaceleración a lo largo de los últimos años, fenómeno que no es único para Colombia, sino que es de escala global y el cual se distorsiona aún más en el país a causa de las amplias brechas en términos de competitividad. Según el Índice Global de Competitividad (IGC) 2014 - 2015, el país se ubicó en el puesto 66 entre 144 naciones, en relación a aspectos tales como la mano de obra calificada, innovación e infraestructura.

Según datos de la Encuesta Mensual Manufacturera (EMM) del DANE, la producción manufacturera para el mes de abril de 2015 tuvo una considerable caída del orden del 3,6% en relación con el mismo mes del año inmediatamente anterior. Por otra parte, las ventas cayeron un 2,6% en el mismo periodo, y ayer mismo la ANDI mencionó que la industria decreció en 0,5% en el primer semestre del año. Lo anterior muestra las secuelas de aspectos internos como externos que afectan la dinámica empresarial nacional, tales como el déficit comercial creciente, los precios de variadas materias primas, la tasa de cambio, la tasa de interés de Estados Unidos, además de la poca adaptación de variadas ramas productivas para exportar, fenómenos que llevan ya años manifestándose y doliendo a la economía del país.

Colombia, en su estrategia por buscar alternativas para solventar la coyuntura internacional desfavorable, encabezada por la caída estrepitosa del precio del petróleo, decidió poner en marcha la segunda fase del denominado Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (PIPE 2.0), que comprende una serie de estrategias enfocadas a estimular sectores dinamizadores de la economía, como industria, turismo, minería/petróleo, vías, regalías, vivienda e infraestructura educativa.

Entre otros, en materia del desarrollo industrial, el PIPE 2.0 se enfoca en atacar los principales nudos por los cuales el sector se encuentra actualmente atascado, y con la necesidad de un impulso oportuno que le permita repuntar en una economía que se encuentra rezagada por su alta dependencia a los recursos minero-energéticos. Las siguientes medidas son algunas de las planteadas, la gran mayoría enfocadas en la dinámica del sector de construcción/infraestructura:

- Construcción de más de 30.000 aulas escolares.

- 900.000 millones de pesos en nuevas líneas de crédito con Bancoldex para financiar la industria.

- Creación de fondos de capital privado por 69.000 millones de pesos como capital semilla destinados a empresas exportadoras.

- Descuentos en renta a aquellas inversiones en innovación, ciencia y tecnología.

Estas acciones, al parecer, no muestran la plenitud de las angustias de los empresarios. Es clave que se recupere la visión de que el aparato productivo es un bien público tal y como lo menciona el presidente de la ANDI, Bruce Mac Master; un sector que a todo el mundo le conviene que funcione bien y que merece tener fomento e incentivos, que sean respaldados, eso sí, por el aumento de la productividad sectorial.

Si bien el Gobierno, en cabeza del Ministerio de Comercio, Industria y Comercio, no ha escatimado en esfuerzos para incentivar e incrementar las exportaciones y ampliar el mercado externo, se debe actuar de manera uniforme en el fortalecimiento y dinamización de los procesos internos de producción que suplan la demanda de productos extranjeros. Asimismo, lograr que los bienes exportados se internen en las cadenas globales de valor, para aprovechar este contexto e incentivar la investigación y el desarrollo de nuevas técnicas y tecnologías que mejoren los procesos. De esta forma, la industria será más competitiva y atractiva para la demanda externa e interna.

Ese es el Reto Industrial, yo sé que usted sí se le mide señor empresario, pero es clave que las condiciones para asumir esos riesgos deben ser justas y favorables, de lo contrario… ya sabremos cuál es el desenlace de la película, sin siquiera verla.

* Con apoyo de William Escobar y David Quitián, estudiantes FCE UN.

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