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| Aportes del CID y el IDEA ayudan a descontaminar el rÃo Bogotá |
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Bogotá D.C., octubre 02 de 2015 (Comunicaciones FCE - CID). La recuperación ambiental de la cuenca alta del rÃo Bogotá comienza a ser una realidad luego de casi una década de trabajo constante entre familias dueñas de curtiembres e investigadores de diversas instituciones, principalmente de la Universidad Nacional de Colombia. José Stalin Rojas, Director del Observatorio de LogÃstica, Movilidad y Territorio del CID de la FCE UN, asegura que gracias a las experiencias de una década y a un convenio firmado en septiembre del año pasado hoy se afianza el cumplimiento del fallo del Consejo de Estado, que en el 2012 obligó a tomar medidas inmediatas para recuperar el afluente y el año pasado insistió en la necesidad establecer acciones concretas para tal fin.
“A partir de la firma del convenio 051 entre la Gobernación de Cundinamarca y la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) y el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) acordaron hacer un proyecto en dos fases. La primera consistió en una caracterización económica, ambiental y jurÃdica de las curtiembres de Chocontá y Villapinzón y la segunda, una intervención para incentivar la producción más limpia en los procesos de curtido de las fábricas de la región”, explicó el profesor Rojas, quien dirigió el estudio.
 La segunda etapa, añadió, llevó a que la Gobernación se apoyara en los estudios de caracterización y producción más limpia del CID y el IDEA para cumplir con las obligaciones que impartió el Consejo de Estado para descontaminar el rÃo Bogotá, que entre otros aspectos insta a las entidades oficiales y a los infractores ambientales a cofinanciar plantas de tratamiento y estandarización de aguas residuales, asà como parques coeficientes industriales para las curtiembres de Villapinzón, en Cundinamarca, y las ubicadas en el barrio San Benito, en el sur del Distrito Capital.
“Existen alrededor de 110 empresas de curtiembres entre Chocontá y Villapinzón, las cuales representan cerca del 20% de la producción de cueros del paÃs. Tienen unos procesos tradicionales que contaminan el rÃo Bogotá desde hace varias décadas. Es ahà donde intervino la UN para ayudar a implementar prácticas ambientalmente sostenibles”, indicó el docente de la Escuela de Administración de la FCE UN.
Destacó, además, que esa caracterización les permitirá a las microindustrias del cuero, el calzado y la marroquinerÃa ser más competitivas en el ámbito nacional y acceder a mercados internacionales, pues dentro de los planes está construir un centro industrial que concentre la manufactura del cuero, una idea que está en etapa de pre-factibilidad, dado que el Consejo de Estado pidió que en menos de tres años haya una obra de este tipo.
“El estudio realizado en la UN también ha sido referente para que la AlcaldÃa de Bogotá mirara cómo desarrollar un proyecto similar en las curtiembres de San Benito, un barrio en el sur de Bogotá, donde existe una larga tradición de curtiembre. Ellos tienen el estudio y lo han visto con muy buenos ojos. Estamos dispuestos a colaborar y participar en solucionar los problemas de ese sector si asà lo considera el Distrito”, manifestó el profesor Rojas.
Aclaró que si bien la experiencia de Villapinzón ofrece elementos importantes para aplicar en San Benito, este barrio necesita un análisis independiente debido a que tiene una configuración geográfica y socioeconómica distinta, marcada por la dinámica urbana.
Por lo pronto, la Universidad Nacional de Colombia, a través de varios de sus programas académicos, seguirá haciendo presencia en la cuenca alta del rÃo Bogotá dando aportes al desarrollo de esta región.
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En Villapinzón y Chocontá cada vez son más las familias que mejoran sus prácticas para curtir cueros, sobre todo desde el año pasado cuando la Gobernación de Cundinamarca y el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional de Colombia firmaron un convenio para analizar el impacto social y económico de los vertimientos de las curtiembres en la cuenca alta del rÃo Bogotá. Este trabajo ahora sirve de insumo para hacer cumplir el fallo del Consejo de Estado, emitido hace un año y que obliga a establecer acciones puntuales para salvar el cauce.-
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