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Competir para sobrevivir

El tema ‘competitividad país’ está más vivo que nunca; la publicación del Reporte Global de Competitividad del Fondo Económico Mundial (FEM), el reciente Seminario Temático de ANIF y la futura publicación para Colombia del informe anual del Consejo Privado de Competitividad 2015-2016 ponen en el radar económico el enorme reto que tiene Colombia de cara a los próximos años para sobrevivir a un mercado sin precios altos de los commodities

 

Raúl Ávila Forero*

Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas
Universidad Nacional de Colombia
 
(Bogotá D. C., 04 de noviembre de 2015) Colombia enfrenta un entorno económico bastante complicado para los próximos años. En la actualidad, los centros de investigación económica más importantes del país (ANIF y Fedesarrollo), los gremios sectoriales (Andi, Analdex, Fenalco, Cámara Colombiana de la Infraestructura –CCI–) y los principales investigadores y analistas insisten en la gran importancia de revisar en qué situación estamos y buscar para dónde vamos en los temas derivados del entorno de la competitividad. 
 
Y es que el país necesita más que nunca la mayor eficiencia y productividad posibles, de cara a solventar el gran impacto negativo en las finanzas públicas, producto del bajo precio de exportación de los commodities y las presiones inflacionarias, para así sustituir gradualmente los ingresos por la explotación minero-energética por los que deberían generar sectores como el industrial, agrícola, constructivo y de servicios, con un mayor valor agregado en sus procesos productivos.
 
Es de desatacar los esfuerzos que se han dado en Colombia y que le han permitido escalar posiciones importantes en la medición de competitividad, según lo reportó recientemente el Foro Económico Mundial (FEM), gracias a los avances en educación primaria, desarrollo del mercado financiero y tamaño del mercado. Este panorama se muestra como un avance positivo, pero también revela los retos que deben afrontarse en los próximos años. El reporte del FEM muestra una foto de las principales fortalezas y debilidades, y hace las veces de soporte sobre el cual se construyen estrategias orientadas al mejoramiento de aspectos fundamentales que permitan al país tener un crecimiento económico sostenible. 
 
En 2014 Colombia ocupaba el puesto 66 en el Indicador Global de Competitividad (IGC) del FEM, por debajo de Chile (33), Panamá (48), Costa Rica (51), Brasil (57), México (61) y Perú (65). Para 2015, el país logró escalar posiciones en algunos rubros, al ubicarse en el puesto 61 entre una muestra de 140 países, aún por debajo de Chile (35), Panamá (50), Costa Rica (52) y México (57), pero superando a Brasil y Perú. A nivel de Suramérica, se ubica en la segunda posición después de Chile, lo que indica una consolidación en el posicionamiento regional como una de las economías más sólidas del momento y con una fuerte ventaja geográfica que impulsa la iniciativa de negocios sofisticados. 
 
Rubros que mejoraron
El desarrollo del mercado financiero ha sido el pilar que más ha rendido frutos en materia de competitividad; ascendió 45 posiciones y se ubicó en la plaza 25 en 2015. Su importante crecimiento se ha caracterizado por la consolidación de los bancos y la regulación del mercado de valores, pero con importantes retos en el sistema impositivo.
 
Por su parte, el pilar de salud y educación primaria se ubica en el puesto 97, escalando 8 puestos con respeto al 2014, gracias a la labor del Ministerio de Educación que realiza importantes inversiones en infraestructura y dotación tecnológica de los colegios públicos del país; se suma la capacitación en el manejo eficiente y adecuado de estos medios con la intención de enfocar el uso de las tecnologías de la información hacia los requerimientos del aparato productivo. Sin embargo, se pone de manifiesto la necesidad de mejorar la calidad del sistema educativo y la promoción de iniciativas que permitan la articulación entre cada uno de ciclos de formación para conseguir un avance más prolífico en términos de innovación.
 
Asimismo, los enormes esfuerzos desarrollados por el Gobierno Nacional para aumentar la competitividad regional/departamental y superar los cuellos de botella deben ser destacados y apoyados por todos. No es secreto que tenemos bastantes rezagos en cuanto a competitividad se trata, pero estos ya están diagnosticados y se observan notables esfuerzos por superarlos. 
 
Por ejemplo, la Encuesta Nacional de Logística desarrollada por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), así como el CONPES 3816 de Mejora Normativa, han permitido identificar los grandes retos en gestión aduanera, costos de transporte, falta de talento humano, rezagos en infraestructura e impactos regulatorios, entre otros temas. Cabe destacar que el país trabaja día a día en superar las brechas y barreras impuestas, al utilizar las firmas como las principales fuerzas impulsoras para maximizar la acertada Política de Desarrollo Productivo (PDP) que hoy día promueve y defiende el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, bajo los ejes de la innovación, calidad y emprendimiento, con variados mecanismos de financiación empresarial, que determinen sinergias de especialización inteligente en los territorios.
 
Con la publicación para Colombia del informe anual del Consejo Privado de Competitividad 2015-2016, este 05 de noviembre de 2015, que evalúa el estado de algunas áreas que se consideran críticas, se vuelve clave lograr la anhelada coordinación institucional entre Nación, entidades territoriales y municipales para fortalecer aún más el andamiaje empresarial y productivo, que le permita a Colombia salir avante del embate fiscal que ha sufrido, producto de la caída en los ingresos nacionales por cuenta de los bajos precios del petróleo y carbón, la alta inflación y la apreciación cambiaria. El informe revisa los avances en materia de política para apoyar la formulación de propuestas que permitirían superar los obstáculos que restringen el potencial de crecimiento y desarrollo nacional, desde la óptica empresarial.
 
Los retos del país en materia de competitividad son ambiciosos, pero logrables: 
  i) Ser en el año 2032 el tercer país más competitivo de América Latina. 
 
  ii) Aumentar el crecimiento de la productividad de 0,8% en el 2014 a 1,2% en el 2018.
 
  iii) Incrementar las exportaciones no minero-energéticas y de servicios de USD 23 mil millones a USD 30 mil millones entre el 2014 y el 2018. 
 
  iv) Lograr que 1 de cada 3 empresas sean innovadoras en el 2018, frente a 1 de cada 5 en el 2014. 
 
  v) Reducir el costo de logística sobre ventas del 15% en el 2014 a 12% en el 2018, lo que nos pondría al nivel de Europa. De cumplirse todas estas metas, el país de seguro podrá sobrevivir y salir adelante en un futuro cercano en el que se necesita fuertemente crecer en ramas intensivas en generación de empleo de calidad. 
 
* Con el apoyo de William Escobar y David Quitián, estudiantes de la FCE UN

 

 
Module CID Centro de Investigaciones para el Desarrollo

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