El mundo pasa por un periodo de posglobalización: E.M. Mouhoud |
Para el académico francés, de origen argelino, E.M. Mouhoud, la globalización más que afrontar una crisis en sus estructuras atraviesa por un periodo de transformación, en el que sus aspectos negativos siguen acentuando graves problemas como son la precarización de las condiciones laborales asà como la marginalización de la periferia. Para el profesor de la l’Université Paris-Dauphine las teorÃas que hablan de una desglobalización no tienen suficiente asidero, debido a que en la práctica las economÃas mundializadas no se están replegando dentro de sus fronteras, sino que están buscando nuevas opciones para sus operaciones. Bogotá D.C., 07 de junio de 2016 (Comunicaciones FCE – CID). Saber si la mundialización de las mayores economÃas del mundo destruye trabajos, reduce los salarios o pone en crisis a los territorios ha sido de gran interés académico para el economista francés E.M. Mouhoud, más ahora cuando en varios escenarios teóricos, polÃticos y económicos se habla de una posible desglobalización por el impacto que tuvo la pasada crisis financiera mundial. Para el experto esa idea está bastante alejada de la realidad, por lo que prefiere hablar de la entrada de un periodo de posglobalización. En su visita a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, Mouhoud ofreció la conferencia ‘Globalización: vulnerabilidades de empleo y territorios’, en la que mostró un panorama general de cómo las sociedades están afrontando las nuevas realidades económicas con respecto a la circulación de capitales, la conexión de los mercados y la relocalización de las actividades productivas. Uno de los primeros aspectos que resaltó es que entre más se liberalizan las economÃas y se levantan los obstáculos a los intercambios más se reducen los costos de movilidad de las firmas, las cuales, en lugar de dispersarse en el espacio mundial de manera homogénea, tienden a concentrarse en lugares en los que van a encontrar grandes ventajas como efecto de la aglomeración: mayor acceso al saber, la investigación, el desarrollo y la infraestructura, etc. “En el caso de Francia, como los costos de movilidad bajan, las empresas prefieren deslocalizarse en la región alrededor de ParÃs y servir a los paÃses del mediterráneo porque hay derechos de aduana más accesibles económicamente. Entonces, por qué situarse en paÃses fragmentados y con asuntos internos difÃciles si podemos estar en grandes regiones históricas, donde están todas las ventajas de la aglomeración y trabajar desde lejos los mercados periféricos. Esta es la fuerza que conoce la globalización en los últimos años, es decir, haber logrado crear una relación muy fuerte entre la concentración de las actividades en el centro y la marginalización de la periferia”, subrayó el economista. Aclara que, por supuesto, no todas las periferias están marginalizadas de la misma manera, pues paÃses como China e India entraron en la economÃa mundial con fuerza, pero al interior de sus territorios afrontan los mismos desbalances: concentración de la riqueza en las costas y pobreza en sus regiones. En el caso de Colombia el ejemplo evidente es Bogotá. Al respecto, Mouhoud aseguró que la globalización no corresponde a una imagen del mundo plano, sino a uno montañoso, con muchos desequilibrios y desigualdades. “Esto ha sido descrito por el profesor filipino Walden Bello en su libro Deglobalization: ideas for a new world economy (2004) donde sustenta que ya no estamos en una dinámica de hiperglobalización, como en los años noventa o la primera década del siglo 21, ni tampoco, para nada, en una lógica de desglobalización, en el sentido en el que las economÃas mundializadas se replegarÃan dentro de sus fronteras nacionales. Lo que creo es que hemos entrado en un periodo de posglobalización”, dijo el experto argelino francés. Explicó que esa posglobalización se caracteriza por la profundización de sus efectos negativos sobre las economÃas más que nunca. En el caso del trabajo, en los años ochenta y noventa eran las personas de baja calificación las más vulnerables por hechos como el incremento del comercio con China, pero hoy también lo están los de categorÃas académicas más altas, como ingenieros y técnicos. Regreso a las regiones de origen Según Mouhoud, hay casos en los que si bien la globalización no impacta fuertemente el empleo, si afecta a los territorios, a unos más que otros, y los Estados tienen dificultades para equilibrar en su espacio nacional la situación entre las regiones perjudicadas y las beneficiadas. También se puede notar un agotamiento de, precisamente, lo que permitió el desarrollo de la globalización, es decir dos fuerzas: la primera, la reducción histórica de los costos de transporte que facilitó bajar el precio de las transacciones y aumentar la fragmentación de las cadenas de valor, es decir producir y fabricar piezas en Asia o en América Latina y agruparlas en un solo producto en un determinado lugar de ensamblaje. Esto afecta el 70 % de los bienes intermedios y fue la primera fuerza de la hipermundialización, expuso el conferencista. La segunda es la diferencia de los costos de los salarios entre paÃses desarrollados y en desarrollo, lo que impulsó la deslocalización de las actividades industriales a regiones periféricas, con mano de obra barata. “Estas dos fuerzas, sin embargo, se han volteado históricamente, especialmente desde los años dos mil; por un lado, debido al alza del precio del petróleo que implicó un aumento en los costos del transporte internacional; y por otro, a raÃz del incremento del valor de la mano de obra en los paÃses emergentes. Esto ha llevado a las empresas a reducir la extensión de la fragmentación de su cadena de valor para volver a sus regiones de origen, no necesariamente a sus propias fronteras. En el caso de Europa, los acaudalados paÃses occidentales salen de China para reinstalarse en Rumania, Eslovaquia o Polonia, donde todavÃa hay una diferencia del 30 % en los costos laborales”, detalló el invitado. Por eso enfatizó en que actualmente no hay un periodo de desglobalización como algunos afirman, sino de posglobalización, donde operan otras lógicas económicas y hasta de mercado, pero bajo las mismas viejas estructuras de poder centro-periferia.
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