Profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacion

 

El viernes en la noche el DANE publicó los datos de inflación de enero de 2016, con un valor de 1,29 %, mayor en 0,65% con respecto al enero de hace un año y mayor en 0,69 % con respecto al diciembre pasado. Este valor sobrepasa de lejos las expectativas de los analistas económicos que esperaban una inflación anual entre el 4 % y 6 %, y nos empieza a vislumbrar un difícil panorama de cara a las presiones inflacionistas que nos esperan en todo el 2016. Los dos grupos de bienes y servicios que estuvieron por encima del dato mensual del IPC fueron alimentos (fenómenos climáticos de sequía) y salud (típico a inicios del año) con 2,82 % y 1,49 %, respectivamente.

 

Con estas cifras, la subida de las proyecciones inflacionarias para el mes de febrero pueden sobrepasar las expectativas que se tenían durante los últimos meses del año anterior, tanto en entidades nacionales como internacionales, lo cual es fiel reflejo de la difícil coyuntura que atraviesa el país.

 

Siguiendo, lastimosamente, la línea de los resultados presentados por el DANE de la inflación para el cierre del 2015 (6,77 % anual), cabe analizar que, a pesar de que Colombia se encuentra en una situación no tan alarmante en comparación con los otros países de la región. Es el caso de Venezuela que cerró el 2015 con una variación del IPC de 270,7 %, la más alta registrada en la historia por el Banco Central de Venezuela; Brasil con una tasa de variación del 11,3 %; y Uruguay con una tasa del 6,2 %. Esta comparación no es para estar tranquilos ni mucho menos; se deben tener en cuenta los impactos que han tenido diferentes factores que afectan el crecimiento de los precios tales como la devaluación del peso, el Fenómeno del Niño y la caída del petróleo que mantienen las presiones inflacionarias desde el año pasado y mantuvieron su tendencia en este primer mes del año.

 

El resultado de enero sigue corrigiendo al alza las expectativas de cara al cierre de inflación de este año, y aumenta la probabilidad de desanclarlas del rango meta establecido por el Banco de la República para el 2016 (2 %-4 %)

 

Como hemos visto en los primeros análisis del tema en el año, diversas fuentes se ven ya desbordadas por los datos inflacionistas de enero: el Instituto de Predicción Económica de L.R Klein proyectaba para el cierre del 2016 una inflación anual de 3,6 %; el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una de 3,9 %; el Banco de la República, una de 4,5 %; y la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), una inflación de 4,7 % (la más acertada). 

 

Al parecer, estas entidades van a tener que ajustar sus predicciones al alza, puesto que el grueso de analistas espera que la inflación empiece a bajar tan sólo después del segundo semestre del año. En este sentido, se podría decir que se proyecta para Colombia una inflación anual superior al 6 % -7 % para el cierre del 2016, desalentador, pero menor al pronóstico esperado en países como Venezuela, el cual según el Fondo Monetario Internacional superará la barrera de 500 % en el 2016, y Brasil con un pronóstico de 9,1 % al cierre anual. Estas cifras ya muestran que las predicciones se irán considerablemente al alza en los próximos días de parte del grueso de analistas nacionales.

 

Es claro que para este 2016, aspectos como la devaluación del peso, las presiones de los costos laborales, los impactos climáticos (sea El Niño en el primer semestre de 2016 y La Niña para el segundo), las alzas en las tarifas energéticas (mantenidas probablemente durante todo el año principalmente por la indisponibilidad de gas natural y el bajo nivel de los embalses para generación hidroeléctrica) y la caída de los precios del petróleo (recuperándose probablemente en el cuarto trimestre del año a cifras cercanas a USD$ 50/barril WTI) seguirán siendo motivos para mantener altas las expectativas de inflación para el 2016 en Colombia.

 

Finalmente, según las estimaciones del Banco Central colombiano, se esperaría que la inflación en el 2017 se ubique por el orden del 3 % y que se alinee nuevamente con el rango meta que el Emisor estableció cumplir varios años atrás.