Imprimir
Utilidades de la banca: "no todo es color de rosa"

Edgar Bejarano - Director Escuela de Economía - UNAunque las utilidades del sistema financiero siguen mostrando cifras positivas y los banqueros asegurando que el sector se encuentra blindado frente a la crisis financiera internacional, es necesario advertir que estas son el resultado de la dinámica de colocaciones e inversiones de años anteriores pero, igualmente, ello no descarta que sean la antesala de una situación difícil.

Por Edgar Bejarano
Director Escuela de Economía
Facultad de Ciencias Económicas
Universidad Nacional de Colombia

Que el sistema financiero haya obtenido utilidades por 3,8 billones de pesos durante el primer mes de 2009, con un crecimiento de 35,3 por ciento frente al mismo mes del año anterior, es el resultado de aspectos relacionados con el negocio financiero y con su estructura, pero que no necesariamente se traduce en consecuencias igualmente positivas para la economía, particularmente cuando la tasa de crecimiento del PIB se ha venido deteriorando de forma acelerada.

Para comprender mejor la bondad de las utilidades del sistema financiero es necesario analizar el fenómeno desde lo microeconómico (el negocio) y desde lo macroeconómico (sistema económico).

Desde la perspectiva del negocio, se deben analizar su rentabilidad y su nivel de utilidades. En cuanto a lo primero es preciso revisar si en los últimos años, y en comparación con la tendencia de largo plazo, las utilidades mantienen esa dinámica de crecimiento alto y sostenido, y si la misma es mayor que la de los activos y el patrimonio. En últimas, el problema es de crecimiento comparativo de la rentabilidad del sector en el tiempo y con relación a los demás sectores de la economía.

El origen de las utilidades del negocio

Ahora bien, se encuentran tres razones principales para comprender el origen de las utilidades del negocio bancario. La primera, tiene que ver con la dinámica de la cartera, es decir con el crédito que otorga el sistema. Aquí es claro que existe un efecto rezagado ya que la alta cartera que el sistema financiero colocó entre 2003 y 2007 llegó a crecer a tasas del 30 por ciento y, aunque en el 2008 el crecimiento fue menor, los altos márgenes de intermediación que los bancos obtienen y la duración de los créditos, permiten apreciar consecuencias con posterioridad. Es decir que los buenos resultados de la banca se seguirán viendo por uno meses más.

Sin embargo, ese efecto rezagado puede llegar a tener cosas negativas ya que si la economía se desacelera, pierde empleos, como ya está ocurriendo, y se propaga la incertidumbre en los agentes, empieza a aparecer cartera incobrable, a darse una mayor desaceleración de la demanda de crédito y a exhibir resultados no tan buenos. Incluso la cartera de difícil cobro podría estar llegando ya, en algunos tipos de crédito, a niveles cercanos al 10 por ciento.

Lo segundo que se debe mirar para determinar el origen de las utilidades de la banca tiene que ver con sus portafolios de inversión, ya que su manejo le ha brindado a la banca colombiana, y a los fondos de pensiones, oportunidades pero en escenarios en los que el riesgo se ha venido acrecentando.

En el tema de inversiones, es posible que el sistema financiero esté ganando pero el panorama es cada día más incierto debido a la crisis financiera internacional, la mayor inestabilidad económica general y los ineludibles efectos de transmisión sobre la economía nacional. El elemento de riesgo se incrementó en relación con los años anteriores, ya que el panorama de ganancias es mucho más incierto, inestable y volátil.

El tercer elemento para comprender el origen de las ganancias del sistema financiero es su estructura misma, la cual está más centrada en la banca que en el mercado de capitales (bolsa de valores), que a pesar de haber logrado un significativo desarrollo, sigue siendo incipiente y muy concentrado.

Edgar Bejarano - Director Escuela de Economía - UNLa estructura de mercado que ofrecen los bancos está basada más en el margen de intermediación que en la escala o volumen de colocación, debido la poca profundidad del mercado. Mientras en Colombia la bancarización llega al 30 por ciento del PIB en países como Chile o Costa Rica puede estar entre el 50 y 70 por ciento.

Así, una estructura financiera donde el margen de intermediación es tan grande favorece la obtención de altas utilidades. Es posible que en medio de la crisis y a pesar de las circunstancias negativas que podrían llevar al sistema a obtener menores ganancias, la estructura del mismo le permite absorber el impacto de la coyuntura, gracias a los altos márgenes de intermediación con los que trabaja. Sin embargo, tener una clientela tan limitada le podría cerrar también las posibilidades para distribuir riesgos y ello lo hace vulnerable.

La visión macro

Desde la visión macroeconómica, que analiza los efectos sobre la economía en su conjunto, se advierte la necesidad de revisar de manera separada el corto y el largo plazos.

En el corto plazo, en medio de una crisis financiera internacional que empezó a golpear al país, es mejor tener un sistema financiero solvente que uno con problemas pues esto le permitirá soportar un buen tiempo los cambios drásticos.

Eso no quiere decir que si el problema internacional y la crisis en Colombia se extienden y se hacen más críticos, el sistema financiero nacional no termine afectado. En el mundo se ha probado que todo es susceptible de caer, si caen grandes corporaciones del tamaño del CitiGroup o de General Motors, por qué no un sistema financiero pequeño y no tan complejo como el colombiano.

Tampoco significa que el sistema sea infinitamente solvente. Entre otras razones, porque debido a su tamaño tan pequeño cuando hay una gran salida de capitales no le deja mayores opciones internas para poder compensarla, lo mismo ocurre cuando ingresa una gran cantidad de capitales porque se queda sin la capacidad necesaria para responder redistribuyendo los recursos en la economía.

De otra parte, cada vez serán más los países desarrollados y en desarrollo que busquen financiación en los mercados internacionales, lo cual limita las posibilidades a las economías más pequeñas. Esta situación genera una tensión de financiamiento, que complica la posibilidad de bajar las tasas porque motivaría una mayor salida de capitales.

En cuanto al largo plazo, es necesario analizar qué tanto le puede aportar el sistema financiero al crecimiento. Sin embargo, mientras algunos expertos consideran que el financiamiento es el que ayuda al crecimiento, otros aseguran que el crecimiento y el contar con una economía moderna permiten tener un mejor sistema financiero. A juicio del profesor Bejarano, es necesario superar un umbral mínimo de desarrollo financiero para impulsar el crecimiento económico y desencadenar una dinámica virtuosa.

Ahora bien, para contar con un sistema financiero robusto y con un mayor impacto sobre el crecimiento económico, es preciso actuar sobre factores como la desigualdad económica (traducida en pobreza, informalidad, etc.), los incentivos a la formalización de agentes y el acceso a los sistemas de aseguramiento. Cuando el 80 por ciento de los negocios son microempresas, cuando el la mitad de la población es informal y el país registra uno de los mayores niveles de concentración del ingreso en el mundo, no se puede aspirar a un sistema financiero de mayor complejidad y tamaño. Además, difícilmente podrá crecer de manera acelerada y sostenida.

De la misma forma, para tener un sistema financiero sólido es necesario promover una competencia real. El hecho de que existan muchos actores del mercado no garantiza que haya competencia, la cual beneficiaría a los clientes. Técnicamente, sería comprensible que fuera un mercado concentrado en unos pocos bancos, pero eso no quiere decir que no compitan.

Se puede lograr mayor competencia a través de: regulaciones que la promuevan; de sistemas de información transparentes sobre las instituciones y alternativas financieras, lo mismo que sobre personas y pequeñas y medianas empresas; de consumidores que dispongan de mecanismos ágiles para hacer valer sus derechos; desarrollos tecnológicos y productos financieros que favorezcan un mayor acceso a los diferentes segmentos de usuarios potenciales, y con legislaciones que faciliten la movilidad de la gente en el sistema, entre otros.

Sin embargo, el mismo gobierno limita las posibilidades cuando busca financiarse ofreciendo Títulos de Tesorería (TES) que le quitan la necesidad a la banca y a los demás operadores del sistema de innovar en el espacio de los negocios financieros, de ir a buscar más clientes, no les genera presión para hacer gestión de mercado y llegar a más clientes.

En definitiva, la lectura de lo que sucede con el sistema financiero colombiano no puede quedar limitada a lo que exigen las diversas coyunturas, por críticas que puedan ser, sino que debe llevarse a la revisión de su estructura y su papel real sobre el crecimiento y el desarrollo de la economía nacional. De lo contrario, nos veremos avocados siempre a repetir la historia, con más o menos matices, sin conseguir las propuestas y resultados de alcance sustantivo.

En entrevista con la Radio Nacional, Edgar Bejarano hace un análisis de utilidades del sector financiero

En entrevista con la Radio Nacional, Juan Camilo Restrepo comenta los resultados del sistema financiero durante el primer trimestre de 2009

Texto de:

Julio Solano Jiménez
Prensa - Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID)
Facultad de Ciencias Económicas
Universidad Nacional de Colombia
Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla