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Crisis mundial bloquea lucha contra la pobreza y el hambre

Investigadora del CID de la Universidad Nacional de Colombia advierte de los riesgos sobre el primero de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

En medio de la crisis económica mundial, que ya deja ver sus efectos sobre los principales indicadores socioeconómicos de América Latina, será muy difícil reducir a más de la mitad la pobreza extrema antes de 2015, según el compromiso adquirido por los estados de la región en la Cumbre del Milenio realizada en Nueva York en 2000.

Así lo advirtió Consuelo Corredor Martínez, investigadora del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional de Colombia, en la apertura de la Cátedra Jorge Eliécer Gaitán 2009, auspiciada por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

A juicio de la profesora Corredor, la recesión en la mayor parte de los países desarrollados tendrá serias consecuencias sobre los países en desarrollo, en los cuales es de esperar menor crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y mayor desempleo. Esta situación afectará sobretodo a la población de menores ingresos, a las mujeres y a los jóvenes, porque para ellos habrá menos recursos de crédito y será más caro el poco al que tengan acceso.

A este panorama se suma que el gasto público social sigue siendo procíclico, cuando debería ser contracíclico, es decir, que aumenta en los momentos de crecimiento y disminuye cuando se presenta desaceleración, subrayó Corredor, quien fue secretaria de Desarrollo Económico de Bogotá entre 2004 y 2007.

Actualmente el gasto social favorece a la población de más bajos ingresos (para quienes el apoyo público representó hasta el 51 por ciento de sus ingresos primarios) pero no resuelve el problema de la desigualdad, que sigue siendo aberrante. Por eso, la investigadora asegura que es necesario seguirle abriendo paso a una visión del desarrollo más integradora, que hace de los derechos un referente para orientar las políticas económicas y sociales.

Según la investigadora de la Universidad Nacional de Colombia, las amenazas ya se sienten con pasos de animal grande, como lo corroboran las cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para el periodo 2003 – 2007: El PIB regional creció a un ritmo del 4,9 por ciento, el desempleo promedio se redujo de 11 a 7,5 por ciento, aunque los niveles de informalidad siguen siendo muy altos. El gasto público social se incrementó principalmente en seguridad y asistencia social, seguido por educación, salud y en menor medida vivienda.

Para la profesora Corredor, el gasto social ayudó a mejorar los indicadores de pobreza: la población en situación de pobreza por línea de ingreso se redujo de 44 por ciento en 2002 a 34,1 por ciento en 2007 y, por línea de indigencia la pobreza extrema se redujo de 19,4 a 12,6 por ciento, en el mismo período.

Avances y tropiezos en los ODM

En América Latina, después de dos décadas difíciles (los ochenta y noventa), el último lustro (2003 – 2007) mostró resultados importantes. Los mayores avances se registraron en Argentina, Venezuela, Chile, Panamá, Ecuador, Brasil y México. Por su parte, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Bolivia y los centroamericanos lograron una mejoría leve en sus indicadores de pobreza. El lunar fue Uruguay, donde se registró un aumento de los índices de pobreza.

Según el cronograma, en 2007 debía haberse logrado el 68 por cieno de la meta. Sin embargo, ese año, uno de los mejores en materia de crecimiento económico para la región, tan solo Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Nicaragua, Perú y Venezuela habían alcanzado logros superiores.

La economía colombiana, por su parte, a pesar de haber tenido uno de sus mejores años de crecimiento en 2007 (superior al 7 por ciento) tan solo se acercaba a la meta parcial del 68 por ciento, igual que Guatemala. Por último, se encuentra un grupo de países cuya situación ha sido tan compleja que están muy lejos de lograr el objetivo: Honduras, Panamá, Bolivia, Argentina y Uruguay.

Hoy, la situación se complica dado que los datos preliminares de la Cepal muestran un crecimiento regional de 4,6% (inferior al comportamiento promedio del lustro anterior) para 2008 y tan solo de 1,9 por ciento para 2009.

En ese escenario será muy difícil continuar avanzando, puesto que en los últimos dos años, la línea de pobreza había pasado de 34,1 a 33,2 por ciento, aunque la población en indigencia aumentó levemente de 12,6 a 12,9 por ciento. La Cepal atribuye esta situación al encarecimiento de los alimentos que, sin duda, golpea de manera más fuerte a los sectores de más bajos ingresos porque el rubro de alimentos es el principal renglón de gasto de los hogares.

Logros lentos y pérdidas rápidas

Muchas investigaciones muestran que los logros sociales alcanzados durante largos periodos de crecimiento económico se pierden rápidamente en épocas de crisis. A diferencia de lo que se creía hace algunos años, la inversión social y las mejoras en iniquidad contribuyen al crecimiento económico y no al revés. Según la profesora Corredor, esa nueva forma de enfrentar la pobreza es fundamental dado América Latina sigue siendo la región del mundo con el mayor nivel de desigualdad social.

Vea más sobre los Objetivos del Milenio en el sitio del PNUD

 

Texto de :

Julio Solano Jiménez
Prensa - Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID)
Facultad de Ciencias Económicas
Universidad Nacional de Colombia
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