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Sector financiero debe hacer un mayor sacrificio para que el país salga de la crisis: CID


El Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional de Colombia le propone a la banca devolverles a los colombianos parte del sacrificio que hicieron durante la crisis de la década pasada
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Jorge Iván González, Director del CID y Jorge Iván Bula, César González y el Decano de la Facultad de Ciencias Económica de la Universidad Nacional de Colombia

Bogotá, abril 15 de 2009. El sector financiero debe disminuir su margen de intermediación en por lo menos cinco puntos porcentuales para apoyar la recuperación de la economía colombiana, lo cual significaría que los ciudadanos dispongan de recursos por cerca de 3 billones de pesos, equivalente a dos reformas tributarias.

Ricardo Bonilla, Director, Observatorio Coyuntura Socio-Económica del CIDAsí lo advirtieron Jorge Iván González, director del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional, y Ricardo Bonilla, director del Observatorio de Coyuntura Socioeconómica del CID, al presentar un informe del organismo con propuestas alternativas para enfrentar la crisis económica, justo cuando los partidos de la oposición hacen serios cuestionamientos al plan de choque del Gobierno.

Según Bonilla, es momento de trasladar los niveles de sacrificio, ya que durante la crisis de finales de la década pasada la sociedad colombiana tuvo que salir al rescate de la banca a través de un impuesto a las transacciones financieras y hoy, cuando justamente la banca es el sector de la economía que mejor situación registra, es el momento para que los colombianos reciban una retribución.

El sector financiero representa el 17 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) colombiano y gran parte de sus utilidades se derivan de los altos márgenes de intermediación. Actualmente, los bancos ofrecen a los ahorradores tasas de interés entre cinco y once por ciento, mientras que para los créditos rondan el 30 por ciento, muy cercano al nivel de usura.

Es decir, que los márgenes de intermediación de la banca rondan los 20 puntos porcentuales, dependiendo del tipo de crédito. Por lo tanto es hora de que el sector financiero se sacrifique para que los colombianos mejoren su capacidad de compra.

Por su parte, González aseguró que el sector financiero debe estar al servicio de la economía real. No está ocurriendo así. Los procesos especulativos han causado daño a la producción y al empleo.

En Colombia existen dos iniciativas que pueden ser muy positivas si efectivamente contribuyen a transformar las reglas del sector financiero: el Banco de Oportunidades y el Banco Capital. Desgraciadamente, advierte González, hasta ahora no se ha logrado diferenciar de las formas de intermediación convencional. Estos dos bancos cumplirán sus propósitos si se convierten en el punto de referencia para repensar la legislación bancaria colombiana (garantías reales, margen de intermediación, etc.).

Además del sacrificio que debe hacer el sector financiero, Bonilla sugiere congelar los ingresos de los ejecutivos de las empresas y de los altos funcionarios para mantener el empleo de base, esto permitiría darles a los ciudadanos poder de compra y estimular la demanda.

Elevar el gasto en obras de infraestructura

Ahora bien, es claro que para enfrentar la actual crisis se debe, en primer lugar, otorgar capacidad de compra a la gente y eso se logra bien sea reduciendo impuestos o reduciendo costos a los gastos cotidianos de la población.

En segundo lugar, es necesario incrementar los gastos públicos en obras que generen empleo masivo y que dinamicen la economía. Por eso, la construcción es tomada como el eje de los proceso de reactivación económica ya que permite la contratación de mano de obra de manera inmediata y genere un efecto multiplicador en otros sectores de la economía.

Sobre esta base, el CID de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional propone otras alternativas para hacer frente a la crisis complementarias al de estimular la demanda. Colombia tiene un volumen considerable de ahorro financiero que no está utilizando y que se ha destinado a alimentar la burbuja financiera.

Según González, es el momento de utilizar los recursos de los fondos de pensiones para financiar obras de largo plazo. Los fondos de pensiones disponen de 61 billones de pesos que no están financiando proyectos de infraestructura (carreteras, puentes, túneles, grandes obras de renovación urbana, vivienda de interés social). La fractura entre los mundos monetario y real se refleja muy bien en el pésimo uso que se le ha dado al ahorro financiero.

Por su parte, Bonilla instó al Gobierno a empezar a construir las grandes obras públicas de manera inmediata. Es decir que se requiere acelerar los procesos licitatorios de las obras que están previstas, romper cuellos de botella en la contratación y combinar tecnologías. Para esto es necesario comprometer a los fondos de pensiones para que financien las grandes obras de infraestructura y no sigan colocando sus recursos en TES.

Consolidar el mercado interno

El desarrollo de obras de infraestructura es el primer paso para lograr la integración nacional y la consolidación del mercado interno. El CID ha insistido en que el crecimiento sostenido tiene que fundarse en un fortalecimiento de la demanda interna, y el primer paso es la integración vial nacional.

La consolidación del mercado interno tiene que comenzar con los alimentos que son los bienes más básicos y por ello la seguridad alimentaria tiene que ser una prioridad. Además de los alimentos, el fortalecimiento de la producción nacional debe ir escalando, desde los bienes de consumo masivo hasta los bienes de lujo, agregó González.

Las grandes ciudades colombianas tienen una potencialidad de demanda endógena que no se ha utilizado. La nueva realidad de las ciudades regiones debe recibir atención prioritaria. El Nobel de Economía 2008, Paul Krugman, muestra las interacciones espaciales entre el campo y la ciudad, y las potencialidades intrínsecas que tiene el desarrollo regional.

Expropiación de tierras para impulsar la VIS

En tercer lugar, es necesario centrar la atención en la vivienda de internes social (VIS). Después de que fracasó el llamado plan de contingencia, el gobierno no ha hecho nada para romper los cuellos de botella en materia de tierras.

Para Bonilla, si los gobiernos locales no cuentan con terrenos para adelantar programas masivos de construcción de VIS entonces deben plantearse la posibilidad de hacer procesos de expropiación de tierra urbana. De la misma forma, se debe pensar en volver a un sistema como el del desaparecido Instituto de Crédito Territorial para entregarle vivienda a la población y no subsidios.

Mejorar la distribución del ingreso

En cuarto lugar se requiere mejorar la equidad para estimular la demanda, asegura el director del CID. Para que la demanda pueda consolidarse se requiere mejorar considerablemente la distribución del ingreso y de la riqueza en el país. La concentración de los activos, especialmente de la tierra, se ha acentuado de manera considerable en los últimos diez años. Sin distribución no hay demanda, advierte.

Una pieza central de la política distributiva es la reducción de las exenciones a los grandes capitales, el aumento del impuesto a la renta para las fortunas elevadas, el incremento de los prediales (urbanos y rurales) con criterios de progresividad y, sobre todo, es necesario impulsar el cobro de plusvalías en las grandes ciudades.

González asegura que el cobro de plusvalía tiene dos virtudes: tiene un enorme potencial (por cambio de uso en los alrededores del Dorado podrían generarse entre 5 y 6 billones de pesos) y, segundo, no afecta el consumo presente de la misma manera que el impuesto a la renta o el IVA. La tributación al suelo (urbano y predial) debe convertirse en la principal fuente de recursos de los municipios.

Algunos expertos han propuesto eliminar parafiscales, pero eso plantea la necesidad de buscar fuentes de financiamiento para el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el Sena y las cajas de compensación familiar. A primera vista, eso implicaría hacer una reforma tributaria, lo cual no es una posibilidad en una época como la actual.

Sin embargo, las reformas que están pendientes pasan por eliminar las exenciones indiscriminadas al sector privado, que valen tanto como los parafiscales y la revisión a las zonas francas.

Regulación de cambios más estricta

En quinto lugar, el director del CID de la Universidad Nacional advierte que la liberalización completa del mercado de capitales no ha sido conveniente. Colombia debe protegerse de las fluctuaciones de los capitales internacionales, y por ello es necesario que haya una regulación de cambios más estricta, acorde con las necesidades coyunturales del país.

Las acciones que se han tomado en esta dirección han sido muy tímidas. Si la especulación financiera causa inestabilidad y volatilidad, la economía debe protegerse de los impactos que causan los movimientos erráticos de los capitales golondrina.

La política monetaria y cambiaria ha estimulado la especulación financiera. El manejo de la deuda interna no ha sido adecuado y ha generado grandes costos fiscales. Las decisiones de recomposición de la deuda (entre interna y externa) han estado muy marcadas por la volatilidad de los capitales internacionales.

Utilizar las reservas internacionales

En sexto lugar, el CID propone darle un mejor manejo a las reservas internacionales, las cuales ascienden actualmente a 24.000 millones de dólares. Este enorme volumen de recursos no se ha aprovechado. Al igual que sucede con el ahorro de los fondos de pensiones, las reservas han contribuido a alimentar la burbuja financiera, sin que hayan favorecido la consolidación de la infraestructura y la industria nacional.

La bonanza de las reservas se ha desperdiciado, con el argumento de que deben guardarse para la época de vacas flacas. Según González, esta lógica argumentativa desconoce que la mejor política contracíclica es la que crea condiciones propicias para un crecimiento sostenible.

A juicio de Bonilla, se podrían liberar cerca de 10.000 millones de dólares y el resto podría financiar el comercio exterior del país durante seis meses sin inconvenientes. El actual contralor general de la República, Julio César Turbay , había sugerido hace varios meses establecer un acuerdo por una sola vez, en el cual el Emisor le traspasa una determinada cantidad de reservas internacionales al gobierno, con el único fin de prepagar deuda externa, éste a su vez, firma un pagaré o expide un TES a largo plazo en el cual se compromete a cubrir con las condiciones financieras establecidas para el servicio de la nueva deuda.

Un verdadero subsidio al desempleo

Por último, el Centro de Investigaciones asegura que es necesario diseñar un subsidio de desempleo que sea eficiente ya que el actual modelo no es adecuado para enfrentar periodos de crisis, dado que se otorga de manera simbólica y por una sola vez. De la misma forma, se requiere flexibilizar el acceso y pago a la seguridad social contributiva, permitiendo que las personas que trabajan medio tiempo o quienes ganan menos de un salario mínimo puedan ingresar al sistema aportando proporcionalmente con sus ingresos.