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Colombianos todavía no verán bajas tasas de interés |
Por: Gustavo Adolfo Junca
Si bien la Junta Directiva del Emisor ha venido bajando su tasa de intervención hasta llegar al cinco por ciento anual (un nivel similar al que registra actualmente la inflación), los efectos sobre el resto de la economía apenas empiezan a sentirse, siendo los primeros beneficiados los créditos preferenciales a las grandes empresas. Actualmente, las tasas de interés para este tipo de clientes del sistema financiero rondan el 13 por ciento, lo cual iría en la senda de un mayor impulso al sector productivo para enfrentar la crisis y, eventualmente, generar más empleo. Sin embargo, la disminución de cinco puntos porcentuales en la tasa de intervención del Banco de la República desde diciembre pasado, no ha sido suficiente para dinamizar el crédito de consumo, lo cual no muestra un panorama muy alentador, dada su importancia para empujar la economía y por el contrario hace prever que la solución a la problemática no está a la vuelta de la esquina. Actualmente, las tasas de interés para las tarjetas de crédito bordean el 31 por ciento, lo cual muestra una reducción de apenas dos puntos en el último año, mientras las tasas de interés que el sistema financiero les cobra a los usuarios de los créditos de consumo se mantienen alrededor del 26 por ciento. Pueden pasar cerca de seis meses para que el sistema financiero refleje las disminuciones de las tasas fijadas por el Emisor, y solo hasta entonces es posible que el país registre tasas de interés cercanas al 22 por ciento nominal para los crédito de consumo. Ahora bien, aunque el Banco de la República ha bajado de manera permanente sus tasas de interés en los últimos meses, el efecto para los usuarios del crédito puede tardar hasta el último trimestre de este año, cuando las entidades financieras tengan una mejor percepción sobre los riesgos que para el sistema representa un entorno de recesión económica, y se haya recuperado la confianza en el sector productivo -por el lado de la oferta- y en el consumo de los hogares -por el lado de la demanda-.
Estas son algunas de las razones por las que el recorte de tasas hechas por el Banco de la República no se retransmite rápidamente a los usuarios del crédito e incluso no es seguro que antes de finalizar el año la economía perciba una significativa disminución del costo del crédito. Las esperanzas están puestas en la posibilidad de que hacia septiembre próximo la economía mundial muestre signos firmes de reactivación, toda vez que haya un mejor panorama acerca del momento en que la economía estadounidense saldrá de la recesión, aunque es poco probable que ello ocurra en corto tiempo.
Sin embargo, eso no garantiza que de la misma forma el sistema financiero colombiano se decida por una ‘política’ de bajas tasas y muchos menos que la mayoría de sus usuarios puedan disfrutar de intereses más bajos en mucho tiempo.
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