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El reto industrial del Gobierno Santos

 

 

El sector industrial colombiano ha tenido una importante caída en los últimos años. Teniendo en cuenta ese panorama, el profesor Raúl Ávila y la investigadora Camila Jaramillo señalan cuáles son los principales frentes que debe atender el Gobierno para reincentivar la producción en el país.

 

 

 
*Raúl Ávila Forero
Profesor Facultad de Ciencias Económicas
Universidad Nacional de Colombia
*Camila Andrea Jaramillo
Investigadora Coalición para la Promoción de la Industria Colombiana

Bogotá D.C., 04-sep-2013 (Comunicaciones CID). No se puede desconocer que en estos tres años de Gobierno, la Administración Santos ha generado bastantes acciones en pro del desarrollo empresarial del país, a través del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Bancoldex, Innpulsa, el Sena y el Departamento Nacional de Planeación, entre otros actores institucionales. No obstante, pareciera que estos esfuerzos aún deben ser profundizados, ya que las estadísticas muestran que la articulación del frente manufacturero  aún tiene retos por cumplir. 

Al inicio de este mandato, con cifras del III trimestre de 2010, la industria pesaba el 12.8% del Producto Interno Bruto (PIB); hoy día, con cifras de corte al primer trimestre de 2013, pesa el 11.2%, lo cual nos habla de una desaceleración en las tasas de crecimiento de la industria nacional, en detrimento del crecimiento de otros sectores, en especial del comercio, los servicios y el minero-energético. 
 
Si hablamos de la generación de empleo, teniendo en cuenta las cifras  presentadas en la Muestra Mensual Manufacturera del DANE a corte de junio de 2013, nos encontramos que el personal ocupado por el sector manufacturero disminuyo en 2,4% respecto al mismo mes del año pasado, como resultado principal de la disminución de -4,4% en el personal contratado a término fijo. Estas cifras son preocupantes si tenemos en cuenta que esta es una de las actividades productivas más importantes en términos de generación de empleo de calidad en el país, ya que a diferencia de los otros sectores claves en la economía colombiana, éste es intensivo en utilización de mano de obra.
 
Se hace importante que en este año que queda de gestión gubernamental, las tareas a emprender para fortalecer a la industria nacional, se alineen hacia una Política Industrial Moderna (PIM), con acciones que articulen a las instituciones con la dinámica de la demanda interna de bienes y de las tendencias mundiales de comercio de bienes y servicios que enfrentamos en la actualidad.
 
Hoy en día, con los anuncios hechos por el presidente Santos sobre el fortalecimiento de la política industrial del país, de la mano, ahora con la dinámica expansiva del comercio exterior vía TLC y de los acuerdos de inversiones, Colombia enfrenta el desafío de recuperar el terreno que ha venido perdiendo en su aparato productivo manufacturero en los últimos años. Asimismo, el reto para volver a ser el proveedor natural de primera línea de la demanda interna, debe ser una  acción de primer orden.
 
Para lograr este objetivo, los retos que debe asumir el Gobierno en materia de política industrial, deben ir enfocados en fortalecer diversos frentes en los que ya se ha venido trabajando, pero en los cuales se debe enfatizar y actuar con agilidad. 
 
Creemos que son los siguientes: 
 

I. Reglamentación más estricta y enfocada en la determinación de la estrategia de compras públicas y estatales.

II. El desarrollo minero-energético debe estar atado a las ramas productivas nacionales. 

III. Se debe promover el adelanto de análisis económicos de desagregación industrial de todos los sectores manufactureros que tiene el país, identificando ramas beneficiadas, afectadas y proponiendo alternativas de solución.

IV. Búsqueda de una mayor diversificación de las inversiones nacionales y extranjeras hacia la producción fabril. 

V. Agilizar las obras y los planes de infraestructura a nivel nacional, regional y municipal. 

VI. Fortalecimiento del capital humano que necesita la industria manufacturera, especialmente en las áreas técnicas y tecnológicas.

VII. Impulso de una fuerte estrategia de conformación de clústeres de innovación y enclaves regionales, polos de competitividad y aglomeraciones tecnológicas. 

VIII. Mejoras en la competitividad de los costos de los energéticos y del llamado “Costo Colombia”.

IX. Ampliar las facilidades y los canales de acceso de crédito para las mipymes industriales. 

X. Apoyar el sector agroindustrial convirtiéndolo en un polo de sostenimiento para los requerimientos en alimentación a nivel nacional.

XI. Establecer políticas de comercio exterior orientadas a promover la diversificación en las exportaciones de bienes de sectores no tradicionales y la comercialización de productos de actividades extractivas pero con mayor grado de elaboración y generación de mayor valor agregado.

XII. Trabajar para lograr un mejor desempeño del sistema aduanero que soporte el crecimiento económico actual.

El blindaje que le entreguemos al Gobierno a la hora de la implementación de acciones concernientes a ampliar el dinamismo industrial, se constituye en uno de los pilares que desde la academia debemos entregarle al país en búsqueda de plantear mejoras oportunas para el sector empresarial colombiano. Los académicos del país podemos fortalecer y aportar al diseño de políticas públicas en el frente empresarial, a través de la generación de propuestas, apuestas y estrategias que den soporte a posibles alternativas que surjan para fortalecer el sector productivo colombiano, tomando como ejes las mejores prácticas a nivel mundial, pero aterrizadas a la realidad nacional. Es importante que ante la actual coyuntura, donde sobresalen los fuertes problemas que aquejan al sector agrario, se siga acompañando también a la industria local.