Sin importar la condición socioeconómica, la edad o el territorio donde se esté, el principal uso de internet en Colombia es para redes sociales. Así lo indica una investigación de la Maestría en Ciencias Económicas realizada por Jesús Fernando Barrios, en la que se evidencia que el país necesita políticas públicas que conviertan esta tecnología en una herramienta de desarrollo social.
Bogotá D.C. 19 de 2022 (Comunicaciones FCE – CID, UNAL). En Colombia existe una brecha digital enorme cuando se compara el acceso a internet entre los sectores rurales y urbanos. Más grave aún, entre quienes lo usan existe un alto grado de analfabetismo digital, debido a que la utilización se limita al consumo en redes sociales y no a la producción de conocimiento y la potencialización del aprendizaje, como ocurre en países desarrollados.
Estos datos, que surgen de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida 2019 del DANE, son parte de los insumos que utilizó Jesús Fernando Barrios Ordóñez para su investigación en la Maestría en Ciencias Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL). En su tesis, que obtuvo mención meritoria, el investigador identifica los determinantes que afectan la disponibilidad de internet y los dispositivos de ingreso, así como las habilidades requeridas para que los hogares colombianos lo utilicen.
Al respecto, como lo han hallado otros estudios internacionales, la desigualdad en el acceso se relaciona estrechamente con el nivel de ingreso, de educación y de la zona donde se ubique la persona o la comunidad. En las ciudades, por ejemplo, quienes están en el grupo de bajo poder adquisitivo suelen tener pocas posibilidades de conectarse a la web, y el poco tiempo de navegación del que disponen, lo utilizan casi exclusivamente para entretenimiento.
A los demás grupos socioeconómicos en las ciudades nos les va mejor, puesto que también centran el uso de internet en esparcimiento y poco para su desarrollo personal. En los sectores rurales el panorama empeora, porque es muy escasa la infraestructura y hay mínimas o incluso nulas capacidades para utilizarlo como herramienta productiva.
En Colombia, asegura el profesor Barrios, solo el 43,3% de los hogares tiene acceso a la “superautopista de la información”, con mayor probabilidad para aquellos que viven en las cabeceras, que es del 70%. En los centros poblados y áreas rurales dispersas solo el 34% hace uso del servicio. Además, las mujeres tienen mayor uso que los hombres. Frente al nivel socioeconómico, en los estratos 5 y 6 hay una cobertura superior al 80% y en el 1 de un 29%. Por otro lado, la utilización de esta tecnología disminuye con la edad, pero aumenta según el nivel de estudio.
En cuanto a las razones que aducen las personas para no utilizar internet están: no saber usarlo (43,80%), no lo considera necesario (29,91%) y razones asociadas a la infraestructura (26,27%), principalmente. En este último caso, en efecto a los hogares en regiones remotas les resulta muy costoso contratar el servicio o simplemente las empresas prestadoras no extienden las redes hasta determinados lugares apartados.
“El gobierno tiene retos enormes para convertir el internet en un activo productivo para Colombia. Por un lado, debería hacer grandes esfuerzos para invertir en infraestructura y llegar a los territorios donde la empresa privada no lo hace. Por otro, establecer políticas públicas que permitan crear las condiciones para que esta tecnología sea usada como herramienta de formación, para crear contenidos de valor, incentivar el comercio electrónico, utilizar la banca electrónica y acceder al gobierno en línea, entre otras posibilidades”, explica Jesús Fernando, quien es egresado también del Programa de Economía de la FCE y actualmente es profesor de la Pontificia Universidad Javeriana.
Añade que al país le urge cerrar la brecha digital para, entre otros aspectos, responder con la Agenda 2030 (objetivos de desarrollo sostenible), que señala la necesidad de aumentar significativamente el acceso universal a las TIC. Así mismo, para estructurar programas digitales que se correspondan con el contexto social, cultural y educacional del país, pensados para todos los rangos de edad, la condición laboral e indistintamente del lugar de residencia. “Todo esto con miras de crear un vínculo entre las necesidades de las actividades productivas y las recreativas, bajo una infraestructura tecnológica más barata y de buena calidad”.
Con su trabajo de investigación, el profesor Barrios validó la hipótesis en cuanto a que además de las condiciones socioeconómicas, el conocimiento que el hogar tenga sobre el uso de dispositivos y de las tecnologías de la información, observado a través de la educación, definen el buen manejo de la red.
Y concluye que un alto porcentaje de la población colombiana aún se encuentra excluida del acceso, y uso real y efectivo de internet, especialmente la población con menor logro educativo y que reside en los centros poblados rurales dispersos. Por tanto, son comunidades que se encuentran excluidas de los beneficios que esta tecnología ofrece, tales como oportunidades económicas (empleo, por ejemplo), asistencia social y participación en gobierno en línea.
Las personas que deseen consultar la Tesis de Maestría en Ciencias Económicas “Determinantes de acceso y de uso de internet de los hogares en cabeceras y centros poblados en Colombia partir de la Encuesta de Calidad de Vida de 2019”, pueden seguir el siguiente enlace: https://repositorio.unal.edu.co/bitstream/handle/unal/80056/Determinantes_de_acceso_y_de_uso_2021_pdf.pdf?sequence=6&isAllowed=y
Síguenos en nuestras redes sociales:
Facebook: @fceunal / Twitter: @fceunal / Instagram: @fceunal / LinkedIn: Facultad de Ciencias Económicas UNAL Bogotá
--
ÁREA DE COMUNICACIONES
Facultad de Ciencias Económicas (FCE)
Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID)
Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá