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Las pensiones son una ‘bomba’ de tiempo


Por: José Stalin Rojas
Director, Carrera de Administración de Empresas
Universidad Nacional de Colombia

José Stalin Rojas, Director, Carrera de Administración de Empresas, Universidad Nacional de ColombiaBogotá, mayo 14 de 2009 (Prensa CID). Mientras las Administradoras de los Fondos de Pensiones Obligatorias (AFP) siguen reportando grandes utilidades es necesario prender las alertas sobre la forma en que están invirtiendo los aportes de los trabajadores colombianos, ya que buena parte de ellos no tendrá una pensión justa.

Las utilidades obtenidas benefician a los accionistas de los Fondos, lo cual es bueno en la medida que se tiene dinero para invertir.

Sin embargo, a mediano plazo el monto de las mesadas futuras de los afiliados -que le pertenecen a la población trabajadora colombiana- no está atado a esta rentabilidad.

Pese a que las AFP cuentan con una cobertura del 43,9 por ciento frente al riesgo de fluctuación de la tasa de cambio (según los datos de la Superintendencia Financiera de mediados de 2008) las inversiones no están del todo blindadas.

La experiencia de los fondos en Europa enseña que la diversificación del portafolio de inversión en activos no correlacionados puede proteger de los efectos negativos de una crisis. Los FPO colombianos tiene una diversificación baja y una concentración en inversiones de deuda nacional (TES). Algo contrario a la evidencia de los fondos de pensiones rentables.

El 41,2 por ciento de las inversiones está concentrado en los títulos de deuda pública interna y el 69,9 por ciento son inversiones derenta  fija; es decir, los FPO no están diversificados, lo que produce un riesgo alto, que puede provocar en el mediano plazo una baja rentabilidad que afectaría las pensiones de los trabajadores.

La ineficiencia de los portafolios de inversiones de las AFP produce una disminución del ahorro pensional, es decir, que el monto de jubilación de los actuales trabajadores disminuye aún cuando se reporten utilidades a corto plazo para los accionistas.

En Colombia, la regulación financiera ha dado pasos incipientes en permitir a los Fondos diversificar su portafolio con activos internacionales, su cultura administrativa no les han permitido la diversificación y por consiguiente han provocado una menor rentabilidad y mayor riesgo para los afiliados.

Incluso, el Banco de la República ha advertido que los momentos de crisis en Colombia serán sentidos más fuertemente por quienes tengan portafolios concentrados. Algunos estudios señalan que en eventos de gran volatilidad el impacto de las operaciones de los Fondos en el mercado cambiario es mayor que el de cualquier otro de los agentes analizados.

Esta situación, junto con el tamaño relativo de los Fondos y su tasa de crecimiento, sugiere que las transacciones de las AFP podrían incrementar la volatilidad del tipo de cambio y del precio de los activos financieros locales, y exacerbar sus ciclos, como ya se evidenció en marzo de 2006 con el llamado ‘estornudo de los TES’.

Cómo complementar la pensión

Ante la perspectiva de las bajas pensiones, los colombianos del común siempre están buscando la manera de obtener rendimientos rápidos, sin las herramientas financieras adecuadas que les permitan planear su futuro.

En nuestro medio no es extraño conocer casos de personas que venden su patrimonio o arriesgan sus ahorros para colocarlos en pirámides. Esto refleja que el dinero fácil desplaza a la planeación de mediano y largo plazo.

 Valdría la pena, generar una cultura de la inversión personal y familiar, paralela a la pensión que otorguen las AFP, que tenga encuenta, por ejemplo, inversiones en activos internacionales de baja correlación que permitan garantizar una buena mesada en el mediano plazo.

Esta clase de instrumentos, usuales en los mercados desarrollados pero que a Colombia no han llegado o que la banca local no los ha diseñado, les permitiría a los jóvenes trabajadores jubilarse a los 50 años con una pensión generosa, o a quienes superen los 30 años de edad contar con un complemento para su pensión.

La cultura financiera se cambia con educación y confianza en las instituciones y el Estado, y por ello se deben dar las señales correctas. Aquí, tanto el sector financiero como el Estado deben impulsar la oferta de  nuevos servicios financieros y ajustar la legislación para garantizar una pensión justa para todos.