|
||
China: el desafío de crecer con más conciencia |
Zhao Xuemei, de la University of International Business and Economics (UIBE), de Beijing, y Xu Shicheng, de la Academia de Ciencias Sociales de China, invitados a la Semana de China en la UN, hablaron en la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) sobre los desafíos de desarrollo que enfrenta el país asiático, en momentos en que el tema ambiental y las condiciones salariales están como prioridad en la agenda pública de esta nación.
Bogotá D.C., 12 de marzo de 2015 (Comunicaciones FCE - CID) Por décadas, el crecimiento económico de la República Popular China se sustentó, en buena parte, en la posibilidad de contar con mano de obra barata para producir la enorme cantidad de bienes que exporta al mundo y en la falta de un control juicioso para evitar los pasivos ambientales. Hoy, cuando la ciudadanía exige mejores salarios y un hábitat limpio, la economía de esta nación tiene el desafío de crecer de forma sustentable y sostenible, aseguraron académicos del país asiático invitados a la Semana de China, evento organizado esta semana por la dirección de Relaciones Exteriores (DRE), de la UN. Según la profesora Zhao Xuemei, catedrática titular y Directora del Centro de Estudios Latinoamericanos de la University of International Business and Economics (UIBE), de Beijing, esta clase de retos ejemplifican las dificultades que tiene cada región del mundo para buscar un balance entre desarrollo, crecimiento económico y calidad de vida. La académica considera que América Latina también enfrenta grandes desafíos en medio de un entorno económico difícil. “Entre los años 2003 y 2009, hubo un crecimiento acelerado en Latinoamérica, muy enfocado en las exportaciones de productos primarios, y justamente ahora, con la baja de los precios de estos insumos, algunos países de la región enfrentan la necesidad de hacer ajustes y transformaciones para adaptarse a la nueva realidad mundial. Por ejemplo, Brasil sufre la devaluación de su moneda y algo parecido le ocurre a Colombia. Lo anterior como consecuencia negativa de la crisis financiera internacional. Y frente a esto, cada nación necesita reaccionar para no perder ventaja”, indicó la profesora Xuemei en su conferencia titulada ‘La economía china ante los nuevos desafíos’. Además, explicó que en el caso de China, el crecimiento económico estaba promovido fundamentalmente por las inversiones extranjeras y las exportaciones, a la vez que por una mano de obra barata y una poca atención al daño ambiental. Pero ahora, el mercado interno (que es enorme) toma gran relevancia por el incremento de unas clases medias con mayor poder adquisitivo, una tendencia que se consolidará en el corto y mediano plazo. Es más, la población ahora exige un ambiente sano y una retribución económica justa por el trabajo. “El consumo al interior de China desempeñará en los próximos años un papel más activo que podría promover un auge económico de carácter endógeno, no tan dependiente del mercado externo”.
Una nación más humana Otro de los invitados a la Semana de China fue Xu Shicheng, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China. El profesor hizo un breve repaso sobre el modelo de desarrollo del gigante asiático, desde los aspectos políticos, culturales, económicos y sociales. Explicó que el Estado chino logró la apertura al mundo (principalmente en lo comercial) al poner en marcha reformas políticas que se implementaron de forma gradual, así como por un partido y un gobierno con gran capacidad de movilización social (algo clave para concentrar las fuerzas de la población); asimismo, por las reformas económicas a gran escala. Según Shicheng, “el interés del gobierno es que toda la población viva modestamente acomodada; para ello, el Estado situó al ser humano como objetivo primordial del desarrollo”. El invitado chino indicó que el modelo de desarrollo de su país ha sido objeto de estudio internacional y ha ejercido grandes influencias en el mundo, al ofrecer una referencia para varios países y, sobre todo, al movimiento socialista internacional, que ha enriquecido la teoría y la práctica del socialismo científico. Destacó, igualmente, que China defiende el respeto de los diversos tipos de desarrollo, de los cuales está dispuesto a aprender y ayudar a propiciar un progreso conjunto. “Se debe aprender de las experiencias de otros países, sin copiarlas ciegamente”. Al cierre de su intervención, el investigador concluyó que su nación enfrenta serios desafíos, como disminuir la brecha abismal de ingresos entre ciudadanos, la creciente polarización política, la alta contaminación del ambiente, la corrupción y la falta de garantías de los derechos de las masas populares.
|