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Alimentos: alerta a las señales del exterior |
Por: Alejandro Fernández
A esta circunstancia se están enfrentando actualmente muchas familias colombianas que se han visto afectadas por la crisis económica, ya que al aumentar el desempleo y disminuir los ingresos familiares hay una degradación del consumo de alimentos, tanto en su volumen como en su calidad. Seguramente, la dieta actual de los colombianos puede contar con una menor cantidad de proteínas, al disminuir, por ejemplo, el consumo de carnes y pollo. La gente empieza a consumir carnes de mala calidad y que pueden llegar a ser riesgosos para la salud. En medio de ese panorama, los avicultores y los productores de huevo están viendo afectadas sus expectativas en relación a mercados como el venezolano, ya que hace varias semanas el presidente Hugo Chávez prometió comprar mayores volúmenes. Sin embargo, tienen en ciernes el tema del maíz, lo cual podría frenar oportunidades dentro de ese mercado. En el ámbito nacional es necesario prestar atención a las presiones externas que sobre los precios de la carne, del pollo y del huevo, producto de las variaciones en la producción y precios del maíz.
Lo que ha estado pasando con el descenso de los precios de los cereales en el mundo no ha dejado ver claramente lo que pasa con el maíz. Con la explosión de las cotizaciones a finales de 2007 y principios de 2008, Europa decidió incentivar la producción y descongelar las tierras que estaban reservadas para otros usos. Si bien en la actualidad los precios y condiciones de negociación del maíz han cedido, y el precio se han mantenido estable en las últimas semanas, los indicadores de referencia no alcanzan a recoger los efectos de la inundaciones registradas en julio de 2008 y febrero marzo de 2009 en el denominado cinturón maicero de E.U. (Mississippi y Dakota del Norte). Esto ha generado expectativas en los comercializadores del maíz de un posible aumento de los precios en el corto plazo.
En este contexto, hay que tener claro que las comunidades que enfrentan crisis económicas y alimentarias en la región no son iguales, debido a que las inequidades sociales, la distribución del ingreso y la pobreza van en ascenso. De hecho, los Objetivos de Desarrollo del Milenio están en juego, máxime si se mira en algunos lugares puntualmente. En el caso de los países de Centroamérica, principalmente, la situación se complica por la disminución de las remesas de sus familiares en el exterior, ya que las personas que han emigrado han visto erosionados sus ingresos. Por último, las políticas económicas que se implementaron en las últimas dos décadas ha reconvertido la agricultura, particularmente en los países de la región andina, pasando de una agricultura de mercado nacional a una agricultura de exportación. Pero con la actual depresión de los mercados quien está respondiendo por la seguridad alimentaria en algunos lugares es la agricultura de subsistencia, que está en una situación precaria. El panorama es aun más crítico si se tiene en cuenta el desplazamiento de tierras y de capacidad productiva para la generar biocombustibles y al proceso mismo de urbanización que plantea que la población rural en Colombia será inferior al 20 por ciento en menos de dos décadas.
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