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No se puede privilegiar las ganancias financieras: CID

Bogotá, agosto 18 de 2009 (Prensa CID). Por un cambio de modelo económico que no privilegie el enfoque de las ganancias financieras, abogó Stanley Malinowitz, investigador del Observatorio de Economía Internacional del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Universidad Nacional de Colombia, justo en momentos en que el sector financiero colombiano registra enormes utilidades y la industria local, grandes dificultades.

Para Malinowitz, gracias a la financiarización, desde 1980 se le ha otorgado mayor importancia e incidencia a la lógica del poder financiero frente a las demás actividades de la economía, subordinando incluso a la producción industrial. “Por ejemplo, en los Estados Unidos (EE.UU.) dentro de las ganancias totales del capital, la que corresponde al sector financiero aumentó de 10 a 40 por ciento en las últimas tres décadas”.

En el caso colombiano, según la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), la producción del sector industrial se desplomó 6,7 por ciento en el primer semestre de este año, mientras las ventas totales cayeron 5 por ciento y las ventas al mercado nacional disminuyeron 4,5 por ciento.

A pesar de la crisis, los resultados contrastan con los del sector financiero colombiano, que según la Superintendencia Financiera generó ganancias en los primeros seis meses de 2009 por 4,4 billones de pesos, frente a 3 billones en el mismo lapso de 2008. En la última medición, los bancos fueron los que más utilidades registraron, con 2,7 billones de pesos (61 por ciento de la ‘torta’).

El investigador del CID ha venido insistiendo en este tema no solo en Colombia sino en el ámbito internacional, incluso fue uno de los ponentes del XXVIII Congreso Internacional de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (Lasa, por su sigla en inglés) que se realizó hace algunas semanas en Río de Janeiro (Brasil).

Durante dicho Congreso, que reunió a cerca de 7.000 expertos en diferencias áreas del conocimiento de todo el continente, Malinowitz sostuvo que el modelo de financiarización se usa más frecuentemente en América Latina y cada vez se buscan más ganancias a través de los canales financieros. El problema es que tales rendimientos no están sustentados en una producción real.

“Esto implica muchas transformaciones en la producción, tiene que ver mucho con las políticas neoliberales como, por ejemplo, bajar salarios, prestaciones y demás costos laborales, la flexibilidad en las condiciones de trabajo, las privatizaciones y el gran endeudamiento de las personas, las empresas y el Estado”, advirtió.

El académico agregó que los EE.UU. presenta el caso más dramático, donde los salarios reales no han crecido desde los años 70 y se busca, entonces, mantener el nivel de consumo del público basado en crédito, “algo que tiene que ver mucho con la crisis en la que estamos ahora”.

De esa misma lógica, dijo Malinowitz, hacen parte instrumentos financieros complejos como los derivados, “que a la larga son apuestas, que representan grandes transferencias de valor desde el futuro y aumentan los valores monetarios y de los activos, pero sin producción para respaldarlas”.

Catalogó tales herramientas como “ficticias” dado que mientras el dinero es un instrumento real sobre producciones presentes, aquellas son derechos sobre producciones futuras. “Nadie sabe, menos en estas condiciones económicas, qué ocurrirá más adelante”.

Aseveró que si bien la situación de Colombia “no es tan trágica”, comparativamente por el tamaño de su economía la actual crisis económica le va a terminar “pegando fuerte” y que uno de los principales vehículos entre lo extranjero y lo doméstico son los grupos económicos.

Ello “porque son altamente transnacionalizados, tienen socios extranjeros, son socios extranjeros de empresas de otros países, tienen empresas multinacionales e inversiones internacionales, y a través de ellos se transmite”, dijo.

La historia de los grupos económicos en el país indica que a partir de los años 80 empiezan un proceso de transformación en el que las empresas financieras toman más importancia frente a las empresas productivas, que aún así siguen siendo importantes.

“Se cambia la lógica por una más financiera en las empresas, que ya no tienen el compromiso de largo plazo. El ejemplo clásico en Colombia es la venta de Bavaria por parte del grupo Santo Domingo, la que fuera su empresa más importante, y prefieren volverse accionistas de su nuevo dueño, SabMiller”, explicó.

Según expresó, esta “lógica financiera, está en detrimento de las mayorías y en tiempos de crisis aún más. Sabemos quiénes son las grandes víctimas de las crisis, los sectores más pobres y los países más pobres dentro del sistema mundial”.

Haga click aquí para revisar el artículo que publicamos sobre el informe presentado por la Superintendencia Financiera

(LG/JS)