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Nace comité evaluador del ciclo económico del país |
Lo conforman tres universidades públicas -incluida la Nacional de Colombia- tres privadas y Fedesarrollo.
Bogotá D.C., 18-mar-2011 (Prensa CID). Las facultades de economía de las universidades Nacional, de los Andes, de Antioquia, del Norte, del Rosario y del Valle, y la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo) ya confirmaron su participación en el organismo, que tendrá como propósito brindar elementos de análisis que sirvan de referencia para evaluar las teorías y las políticas macroeconómicas del país, con un carácter técnico y no partidista. Las tres instituciones de educación superior públicas, las tres privadas y la reconocida entidad independiente de investigación económica nombraron sus respectivos representantes, todos con una destacada trayectoria académica y profesional. Así, el Comité estará conformado por siete integrantes, tres de los cuales, como mínimo, provendrán de lugares diferentes a Bogotá, lo que garantizará un grado importante de diversidad regional. La idea de crear este Comité, liderada por el Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID), de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional (UN), y el Centro de Estudios sobre el Desarrollo Económico (CEDE), de la Facultad de Economía de la Universidad de los Andes, se caracteriza por una importante novedad. Empleo, base de la medición Según el director del CID, profesor Jorge Armando Rodríguez Alarcón, en el documento ‘Institucionalización de la medición del ciclo económico colombiano: Una propuesta’, que presentó como base para la discusión de la iniciativa, “tradicionalmente, la medición del ciclo económico se ha centrado en el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB), pero la propuesta que se presenta aquí consiste en elaborar para Colombia dos tipos de medición del ciclo: uno basado en el producto y el ingreso, y otro basado en el empleo”. Y agrega que la disponibilidad de una medición del ciclo desde la perspectiva del empleo beneficiaría, por ejemplo, la evaluación del impacto potencial de propuestas como la de combatir el desempleo (y generar empleo formal) a través de la reforma a los gravámenes que recaen sobre la nómina, que incluyen las cotizaciones para seguridad social y los aportes parafiscales. Tanto el tipo de medición basada en el producto y el ingreso como el tipo basado en el empleo –explica Rodríguez Alarcón– pueden tomar como punto de partida la definición de ciclo económico ofrecida por Arthur Burns y Wesley Mitchell, quienes sostienen que “los ciclos económicos son un tipo de fluctuación encontrado en la actividad económica agregada de las naciones (…): un ciclo consiste de expansiones que ocurren casi al mismo tiempo en muchas actividades económicas, seguidas por recesiones, contracciones y reactivaciones similarmente generales, las cuales se fusionan en la fase expansiva del siguiente ciclo; esta secuencia de cambios es recurrente pero no periódica”. Otro sustento de la iniciativa está en los postulados de John Maynard Keynes, cuya Teoría General, según Rodríguez Alarcón, puede verse como una teoría de las fluctuaciones en el nivel de empleo, incluso más que en el nivel de producto. Para Keynes es clara la centralidad del empleo dentro de la medición del ciclo económico. Además –recuerda Rodríguez Alarcón–, hay que tener en cuenta que una de las dos unidades escogidas por Keynes para medir la actividad económica agregada fue justamente el volumen de empleo. La experiencias de EE.UU. y Europa El director del CID señala que los antecedentes más destacados de un comité así están en Estados Unidos, en donde el National Bureau of Economic Research (NBER), una organización de investigación económica no gubernamental, no partidista y sin ánimo de lucro, institucionalizó aún más su tarea de publicar una cronología del ciclo económico de ese país (lo cual viene haciendo desde 1929) al conformar un comité encargado de estimar esa información. A ese comité pertenecen profesores e investigadores económicos afiliados a varias universidades líderes, y, de acuerdo con Rodríguez Alarcón, para autores como Marcelle Chauvete y James Hamilton, las fechas de inicio y fin de las recesiones y expansiones estimadas por ese equipo son consideradas “las fechas autorizadas [cuasi-oficiales] tanto por los investigadores académicos como por el público en general”. En Europa la idea de institucionalizar la medición del ciclo económico corre por cuenta del Centre for Economic Policy Research (CEPR), una red de investigación internacional que también creó en 2002 un comité con ese propósito, integrado por profesores e investigadores de varias universidades y centros académicos europeos. Según Rodríguez Alarcón, “con la institucionalización de ese ejercicio de medición en Colombia se busca continuidad, una dosis saludable de consistencia metodológica y también credibilidad, sin que ello sea incompatible con la realización de otros esfuerzos en el mismo terreno, quizá más individuales y esporádicos”.
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