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Invierno 'desnuda' problemas en infraestructura

Por: José Stalin ROJAS
Director - Observatorio de Logística, Movilidad y Territorio (OLMT)
Universidad Nacional de Colombia

Bogotá, 01-Feb-2011. El invierno y la regular calidad de las carreteras y caminos dejan en evidencia la fragilidad de la infraestructura vial del país y al mismo tiempo registra efectos colaterales desfavorables en materia de competitividad para el país.

El informe 2010 de atracción de la inversión privada para la infraestructura en América Latina refleja que Colombia presenta una brecha frente a los demás países de Latinoamérica tanto en la calidad de las vías como en los puertos y aeropuertos, según datos del 'Infraestruture Quality Gap Index'.

En la red primaria de vías, por ejemplo, solo el 76 por ciento está pavimentado y de este porcentaje la mitad está entre regular y malo. Es decir que solo el 50 por ciento está entre bueno y muy bueno. En el resto de la red, por su parte, el 24 por ciento no está pavimentado y su estado es entre malo y muy malo, según el Instituto Nacional de Vías (Invías).

Si a lo anterior se suma la situación crítica de las redes secundarias y terciarias, que son las que unen a los municipios y a las veredas con sus cabeceras municipales (por donde comienza a transportarse los alimentos y algunas materias primas a las ciudades), se entiende cómo el atraso vial afecta la competitividad de algunos productos.

A la mala calidad de las vías, se le suma el retraso tecnológico en los puertos, aeropuertos y ferrocarriles. Colombia para 2010, según el Foro Económico Mundial, ocupa el puesto 83 entre 133 países, en infraestructura portuaria, marítima y férrea. Un lugar mediocre.

Esta debilidad en los sistemas marítimo, férreo, fluvial y vial afecta la competitividad de las empresas; así se ve reflejado en los distintos indicadores de logística, donde Colombia tampoco sale bien librada. Según el Banco Mundial, en el Logistic Performance Index, el país ocupa el puesto 72 entre 136 naciones.

Sí a todo lo anterior, se le suma la calamidad pública por razón del invierno, solamente se pueden esperar efectos negativos en los sectores agrícola, manufacturero, minero, comercio y servicios. Es decir, se presentará en el corto plazo un aumento en los precios y en un incipiente desabastecimiento de alimentos y de materias primas en algunos sectores.

Cuando llueve constantemente se presenta inundaciones que origina pérdidas de cosechas para el sector agrícola, lo que produce un desabastecimiento de algunos productos y el aumento de precios por la eventual escasez.

Una fuerte temporada invernal también produce sobrecostos, porque los transportadores aumentan sus precios porque, aseguran, tienen que transitar por vías de mala calidad. Una muestra de lo anterior, es el ligero aumento del valor de las hortalizas (cebolla, tomate y lechuga) en los supermercados, plazas y centrales de abastos en estos días.

Otros productos afectados por el invierno son las frutas, las cuales tiene un ciclo de vida corto y no se pueden almacenar por mucho tiempo. Por su parte, los productos agrícolas que tienen un ciclo más largo, como los tubérculos (papa, yuca y remolacha), pudieron almacenarse en las centrales de abastos, pero ya se empiezan a agotar algunos inventarios de reserva y no sería extraño un aumento de precios en los próximos meses.

El sobrecosto por el invierno y el eventual encarecimiento y demora en el transporte de mercancías, afecta también a las manufacturas, al demorarse el suministro de materias primas y la entrega de productos terminados en las demás ciudades. Insumos como los químicos importados que vienen en tractomulas desde Buenaventura hacia el interior del país, no han podido llegar por los derrumbes en algunos tramos.

De la misma forma, el sector minero artesanal se ve afectado por las inundaciones al incrementarse el riesgo de derrumbes al interior de los yacimientos. El comercio también se ve afectado por las lluvias. En las grandes ciudades, la mala calidad de las vías y la congestión vial ocasionada por los aguaceros desestimulan las compras.

En otros países, como Ecuador o Perú, donde se están presentando situaciones climáticas similares, sin embargo, se observa una mejor preparación en la infraestructura vial, con lo cual no se registran calamidades sociales y económicas como las que vive Colombia.

En conclusión, las fuertes lluvias carcomen los débiles cimientos de la infraestructura vial y dificultan un aumento de la competitividad, puesto que las redes de carreteras secundarias, los puertos y aeropuertos no están preparados para hacerle frente a una temporada invernal tan fuerte y prolongada.

 

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