Más allá de los sÃntomas de la desindustrialización. Una propuesta de estudio para Colombia |
Haciendo referencia al estudio del proceso de desindustrialización que vive el paÃs, los investigadores recuerdan las palabras de Albert EInstein quien invitaba a "invertir el mayor tiempo posible en la definición del problema para lograr resolución efectiva".
Bogotá D.C., 13-feb-2014 (Comunicaciones CID). El Centro de Investigaciones para el Desarrollo – CID de la Universidad Nacional, comparte con la comunidad académica una propuesta que analiza el fenómeno de la desindustrialización en Colombia, realizada por el director del Grupo de EconomÃa Evolucionista e Institucional (CEIBA) del CID, Iván Hernández y los investigadores Oscar Espinosa y Francisco MartÃnez. Introducción La gran mayorÃa de los paÃses pertenecientes a la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD) han registrado importantes pérdidas de empleo en la industria manufacturera en las últimas décadas (Gráfico 1). Desde 1970, el empleo en el sector manufacturero se ha reducido (relativamente más) en Alemania, Reino Unido y EEUU, asà como (en menor proporción) en Italia, Japón, Francia y Canadá. Este fenómeno se puede explicar por el traslado de la mayor parte de la fuerza laboral a paÃses del Este Asiático (Pilat et al., 2006).
Por ejemplo, según Banister (2005), China se ha convertido en el centro mundial del empleo manufacturero. De hecho, el número de trabajadores en el sector manufacturero en China se estima en 109 millones en 2002, lo que representa más del doble del total (53 millones) en todos los paÃses miembros del G-7. Asà también, el Este de Asia ha sido capaz de emular el patrón de industrialización en menor tiempo en relación a lo que les tomó a los paÃses de la OECD. Por ejemplo, Corea del Sur experimentó en tan sólo tres décadas una transformación laboral que le tomó un siglo o más a paÃses como Reino Unido, Alemania, EEUU, entre otros, durante los siglos XVIII, XIX y primera mitad del XX.
Fuente: The Economist (2005) basado en la OCDE y la BLS (EEUU).
Este proceso de cambio estructural en la fuerza de trabajo se ha asociado con un supuesto proceso de “desindustrialización”, no sólo en el mundo desarrollado sino también, sin mayor conciencia de sus consecuencias, en el mundo en desarrollo. La única diferencia que se atribuye a los paÃses en desarrollo (distintos a los del Este Asiático) es que ha sido un proceso más lento y por eso el concepto distintivo que se hace es que es una desindustrialización “prematura”. En efecto, de acuerdo con el influyente economista Dan Rodrik (2013), en Brasil e India, dos economÃas emergentes con un desempeño relativamente bueno en la última década, el porcentaje de empleo de manufactura apenas se movió desde 1950 hasta 1980, pasando del 12% al 15%. Desde finales de 1980, Brasil se ha comenzado a asociar con un proceso de supuesta “desindustrialización”. Asimismo, el mismo autor afirma que: “India presenta un caso aún más sorprendente: El empleo manufacturero alcanzó un máximo de un magro 13% en 2002, y desde entonces ha mostrado una tendencia hacia abajo”. Este importante economista concluye que “(…) no está claro por qué los paÃses en desarrollo están desindustrializándose tan temprano en sus trayectorias de crecimiento”.
La difusión de esta idea no serÃa problema de no ser porque consideramos que desorientan los esfuerzos estratégicos de los paÃses en desarrollo, pues no distingue entre “sÃntoma” y “raÃz”. Los sÃntomas pueden ser similares entre los paÃses desarrollados y los paÃses en vÃas de desarrollo, pero las raÃces son distintas. Este artÃculo expone un marco definitorio del problema, no aborda directamente los sÃntomas, para asà evidenciar las raÃces divergentes y propone un método de estudio para los paÃses en desarrollo.
Marco conceptual
La desorientación inicia con la confusión entre la raÃz y los sÃntomas de la desindustrialización (Hernández, 2013). El análisis de tendencias en las variables estructurales corresponde solo a la detección de los sÃntomas. Este proceso es esencial, pero se requiere otro para la definición del problema. Einstein invitaba a invertir el mayor tiempo posible en la definición del problema para una resolución efectiva. AsÃ, nos apartamos de explicaciones tautológicas de desindustrialización como primarización o terciarización de la economÃa. Claro, si se divide en tres sectores, y uno o dos pierden participación, entonces esto afecta la participación del otro o los otros dos. Retomando autores como March (1991), Simon (1991) y Nooteboom (2000), se propone incluir al menos dos factores definitorios de la industrialización:
1) Desarrollo industrial o actividades de explotación.
2) Diversificación productiva o actividades de exploración .
La consecución de alimentos en insectos como las hormigas, puede ser una metáfora biológica que conceptualice de manera adecuada esta definición. Cuando una hormiga halla una fuente de alimento produce feromonas que otras hormigas pueden rastrear. Se forma asÃ, un camino para la explotación de esta fuente de alimento hasta su agotamiento. Mientras tanto, las que están lejos de la influencia del rastro de feromonas se dedican a las actividades de exploración o búsqueda de más alimentos (Hernández, 2013). Estas actividades no parecen tener aparente dirección en principio, sin embargo, su función se evidencia cuando emergen nuevas fuentes de alimento. Solo entonces se revelará su función: la adaptabilidad de la colonia para su supervivencia en el largo plazo.
Extendiendo esta idea a los paÃses, según estudios de autores como Hidalgo y Hausman (2008; 2009), existen cuatro tipos de paÃses (Tabla 1):
Tipo 1: Explotan uno o pocos mercados (fuentes de alimento) que otros ya están explotando (bienes o servicios ubicuos).
Tipo 2: Explotan varios mercados (fuentes de alimento) que más economÃas ya están explotando (bienes o servicios ubicuos), pero están incursionando, experimentando o explorando otros mercados en los que también hay varios paÃses.
Tipo 3: Explotan mercados en que no hay o hay pocas naciones explotando, debido probablemente a las actividades de exploración previas que los llevaron hasta allà (i.e. bienes exclusivos).
Tipo 4: Explotan mercados en los que no hay o hay pocos explotando, pero siguen explorando nuevos mercados (fuentes de alimento) de bienes exclusivos para el futuro.
Tabla 1.
Fuente: Hernández (2013) basado en Hidalgo et al. (2007), e Hidalgo y Hausman (2008; 2009).
Los paÃses de mayor crecimiento económico y mayor ingreso per cápita se encuentran en las economÃas que están tanto diversificadas como produciendo bienes exclusivos (tipo 4 pertenecientes a la OECD) o, por lo menos, que están produciendo bienes exclusivos asà no estén tan diversificadas (tipo 3 como Chile). Colombia (tipo 2), a pesar de que cuenta con diversificación relativa, produce relativamente pocos bienes exclusivos. Es decir, si hemos diversificado pero en bienes en que hay muchos paÃses produciendo lo mismo. Y que, además, nosotros venimos produciendo esos mismos bienes hace un tiempo (ver Tabla 1).
Los procesos de industrialización combinan necesariamente ambos tipos de actividades, tal como ocurrió en Toyota, cuando vendió su licencia de producción de telares para después reinvertir en la exploración, transformación de capacidades y producción de vehÃculos desde mediados del siglo XX. De la misma forma, Samsung evolucionó de ser una tienda de comestibles (producÃa sus propios noodles en 1930) para transformarse en una refinadora de azúcar y, posteriormente en la década de los 70, en una compañÃa de electrodomésticos. Nokia cuenta con una historia muy similar (aserradora en sus inicios), asà como Hyundai (originalmente cementera y astillero), en la que combinaron explotación y exploración para transformar sus empresas en las que conocemos hoy.
La raÃz del problema de la mal llamada “desindustrialización prematura” de los paÃses en desarrollo, (distintos a los del Este Asiático) es que se concentran los esfuerzos estratégicos (‘hormigas’) de estas naciones en explotar fuentes de alimentos (mercados) ultra-competidas. De ahà que la reducción en peso del PIB industrial en la producción total sea debido, en parte, a un mayor nivel de competencia por la misma fuente de alimento. Si a esto se le suma que los paÃses desarrollados emigran gradualmente de los mercados más competidos (entre ellos los sectores más conocidos como industriales) hacia otros sectores con mercados emergentes y bienes exclusivos, entonces se explica que el sector industrial, tanto a nivel global como regional, disminuya. La diferencia radica en que esto ocurre a costa de las actividades de exploración en los paÃses en desarrollo y con ello se diluye la esperanza de encontrar o generar nuevas fuentes de alimento para el mejoramiento de estándares sociales y medioambientales.
Esto implica que las raÃces de las desindustrializaciones son muy distintas. Mientras que la “desindustrialización” en los paÃses desarrollados implica mayor enfoque en nuevos mercados, en los paÃses en desarrollo implica incursión en mercados ultra-competidos. Por ello se propone asociar a las desindustrializaciones, no por los sÃntomas, sino por sus raÃces. A la relacionada con la tendencia a una mayor explotación relativa con una menor exploración relativa, se le propone asociarla con el término economÃa guiada por la eficiencia (paÃses tipo 1 y 2) y a la relacionada con la tendencia a una menor explotación relativa con una mayor exploración relativa se le propone asociarla con el término economÃa guiada por la innovación (paÃses tipo 3 y 4) (Porter et al., 2002).
*Para descargar el documento completo siga el el enlace: www.cid.unal.edu.co/cidnews/archivos/Articuli_ceiba.pdf
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