Bogotá D.C., 21-mar-2014 (Comunicaciones CID). El dato oficial de crecimiento económico de 2013, un 4,3%, es una buena noticia para el país. Como lo anunció el DANE, todos los sectores económicos crecieron, excepto la industria manufacturera. Y esto último, si bien es una pésima noticia, no es algo sorpresivo, el sector industrial entró en tendencia decreciente desde 2007. Lo preocupante es la pasividad del Gobierno Nacional para frenar el bajo crecimiento industrial. Las acciones que realiza dejan en el ambiente la sensación que le apuesta a un instrumento que está por fuera del control de las autoridades económicas: la devaluación de la moneda nacional. 

 

Igualmente, se puede decir que esa pasividad tampoco es inesperada. La política económica que la actual administración nacional diseñó y está ejecutando no tenía al sector industrial como uno de los pilares de crecimiento económico, no se contempló dentro de las cinco locomotoras de crecimiento. De éstas no funcionaron para el crecimiento los nuevos sectores basados en la innovación ni el sector agropecuario. De las tres restantes, respondieron la vivienda y la infraestructura y no se avanzó en el sector minero-energético. El crecimiento de 2013 prueba esta afirmación. 

 

En efecto, dos sectores aportaron 1,9 puntos porcentuales, equivalente al 45% de la tasa de crecimiento de 2013. El primero de ellos, con un punto porcentual, es el sector de establecimientos financieros, seguros, actividades inmobiliarias y servicios a las empresas; y el segundo, con 0,9 puntos porcentuales, es el sector de actividades de servicios sociales, comunales y personales. Dicho con otras palabras, el crecimiento del país depende de la actividad financiera, que desde 1993 aporta al menos una cuarta parte del crecimiento, y del gasto gubernamental que fue importante para alcanzar el guarismo señalado.

 

En tercer lugar, por fin aparece una de las locomotoras, la construcción. Los datos indican que en 2013 fue el sector que más creció, logró una tasa del 9,8%. Pero al calcular su contribución al crecimiento total apenas alcanza un 0,7 puntos porcentuales, el 16% del crecimiento económico. Y ese guarismo se consiguió por la dinámica de la construcción de vivienda y en menor medida por la construcción de obra civil, donde una parte significativa es la infraestructura pública. En vivienda los factores que la impulsaron son las inversiones en estratos altos en las cuatro grandes ciudades del país, que algunos analistas la han calificado como burbuja inmobiliaria, y la puesta en marcha en 2013 del programa de casa gratuita para la población más vulnerable del país.

 

Comercio, reparación, restaurantes y hoteles aportó 0,6 puntos porcentuales, es decir, el 14% de la tasa de crecimiento de 2013. El comportamiento de este sector tampoco es una novedad. Junto con el sector financiero, desde 1993, son las actividades que jalonan la economía. Por último, el sector de explotación de minas y canteras aporta 0,42 puntos porcentuales, el 10% del crecimiento económico.

 

Así las cosas, cinco sectores aportaron el 85% del crecimiento económico de 2013 y dos de ellos hacen parte de la estrategia central del Gobierno Nacional. Lo peligroso es la baja participación en el crecimiento de los sectores agropecuario e industrial, y es preocupante pues su dinámica y sus enlaces inter industriales son los que permiten darle solidez a la  tendencia económica de mediano plazo.