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El precio del petróleo: mercado, especulación y geopolítica

 

 

Para los grandes productores como Nigeria y Libia, los resultados son tan devastadores como para Rusia e Irán; para Estados Unidos y sus aliados, esto parece ser un efecto no deseado pero aceptable como “daño colateral”. En el caso de Venezuela, el gran daño a la economía nacional y potencialmente al gobierno de Nicolás Maduro es otro beneficio para los Estados Unidos, dado su hostilidad a este gobierno y su apoyo a la oposición venezolana. 

 
 
 
 
Stanley Simon Malinowitz
Director del Observatorio de Economía Internacional
Centro de Investigación sobre el Desarrollo (CID) 
 
Bogotá D.C., 13-feb.-2015. Los precios del petróleo han caído cerca del 50% en los últimos meses, y los pronósticos indican que continuarán en descenso.  El desplome del precio ha causado pánico y crisis en algunos países productores del crudo y efectos no tan claros todavía en otros países.  
 
Las explicaciones más difundidas por la caída tan rápida y fuerte del precio del petróleo se enfocan simplemente en los movimientos de oferta y demanda, de acuerdo a la lógica del mercado.  Sin embargo, el petróleo es una mercancía compleja y hay que tomar en cuenta múltiples determinantes de su precio –tanto del lado de la oferta como del lado de la demanda-, los cuales podemos clasificar en tres categorías de acuerdo con tres funciones del petróleo en la economía actual:
 
1. Las señales del mercado derivadas de movimientos de la economía “real”. En la oferta (costos de extracción, disponibilidad de reservas) y en la demanda (principalmente en la producción y el transporte).  En este sentido, el petróleo es un producto altamente útil que entra directa o indirectamente en la producción de –virtualmente- todos los bienes y servicios en la economía mundial.  Se analiza como cualquier otra mercancía, aunque generalmente se reconoce que tiene mayor importancia que cualquier otra mercancía “real” que circula en la economía mundial.
 
2.  El petróleo es también un activo financiero de gran importancia.  Los títulos de propiedad y los derivados que dependen de precios y cantidades del petróleo y de sus títulos se mueven ampliamente en los mercados financieros, y por eso el precio del petróleo depende en gran parte de criterios financieros y especulativos.
 
3.  El petróleo es un recurso de gran interés geopolítico.  El control sobre su producción, su distribución y su precio (que no depende solamente de la propiedad directa) representa enorme poder económico y político en el mundo, y por eso la manipulación por fines geopolíticos es también un factor de gran importancia en la formación del precio.
 
Los tres factores no son independientes y mucho menos fácilmente separables.  Por ejemplo, un cambio en el precio por factores “reales” de oferta o demanda puede estimular una ola especulativa de compra o venta de títulos de petróleo que termina impactando mucho más el precio; los factores geopolíticos influyen en las decisiones de cuánto producir y cuánto comprar junto con los factores técnicos y económicos; etc.  Todos se encuentran presentes en cualquier coyuntura, pero a veces uno u otro factor notablemente de mayor importancia.
 
En la gran alza del precio en 2008 (de menos de US$70 durante la primera mitad de 2007 hasta US$145 en julio de 2008), el factor especulativo fue claramente dominante.
 En un período altamente especulativo, el estallido de la burbuja especulativa de la vivienda en Estados Unidos provocó la búsqueda de nuevos activos por parte de los grandes actores financieros, siendo el petróleo uno de los nuevos refugios para el capital financiero especulativo.  Las explicaciones que atribuían el alza del precio del petróleo a la demanda de China e India proveniente de su crecimiento industrial identificaban un factor, pero no podían explicar la gran magnitud de los incrementos del precio.  De igual manera, la dramática caída a menos de US$40 a finales de 2008 corresponde claramente a movimientos especulativos, y la tendencia alcista a partir de 2009 (pasando los US$100 en 2011 y quedando cerca de ese nivel hasta septiembre de 2014), aunque influido por las fuerzas del mercado (aunque mucho más que las benignas fuerzas del libre mercado – estas “fuerzas” incluyen las guerras del Medio Oriente y las decisiones estatales sobre la legalidad del controvertido método de extracción llamada fracturación hidráulica ofracking) claramente tiene un fuerte componente especulativo.
 
El inicio del descenso de los precios de los distintos grados de petróleo a partir de junio de 2014 ha sido atribuido a factores por el lado de la demanda dado el débil crecimiento económico a nivel mundial, aunque las severas situaciones en Irak y Siria limitan fuertemente su producción y deben presionar los precios hacia arriba.  Sin embargo, la fuerte bajada de los precios desde septiembre de 2014 responde a decisiones geopolíticas mucho más que señales económicas del mercado.  La causa directa es la decisión de Arabia Saudita, apoyado por Qatar, de seguir produciendo en altas cantidades y bloquear la iniciativa promovida por otros países de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) de limitar la producción para mantener los altos niveles de precios.  La razón oficial es que Arabia Saudita quiere adquirir nuevos mercados ante la débil demanda en el mercado global.  Es importante notar que Arabia Saudita posee petróleo de alta calidad con muy bajos costos de extracción en comparación con otros países productores, así que mantiene la rentabilidad con mayores ventas mientras para otros países el precio no cubre los costos.  Un barril de petróleo saudí se produce por menos de US$30, mientras en Rusia, por ejemplo, el costo total sube a US$105.
 
Fuentes de Arabia Saudita y de los Estados Unidos han indicado que las verdaderas razones son muy distintas de la explicación oficial.  En septiembre de 2014 John Kerry, el Secretario de Estado de Estados Unidos, viajó a Arabia Saudita y se reunió con el Rey Abdullah y el Príncipe Bandar.  Según varias fuentes, en esta reunión se acordó la política petrolera de Arabia Saudita con el propósito explícito de generar el rápido y fuerte descenso de los precios.  Poco después, todavía en septiembre de 2014, los saudíes comenzaron a aumentar la producción en más de 100.000 barriles.  Desde entonces han respondido negativamente a las súplicas de otros países miembros de OPEP de volver a los acuerdos de limitar la producción para mantener los precios altos.
 
Los motivos geopolíticos tienen que ver principalmente con los efectos sobre Rusia e Irán. Para los Estados Unidos, es una forma de llevar los conflictos con estos dos países a la guerra económica, no declarada y (por ahora) sin intervención militar.  Para ambos países el desplome del precio de petróleo está generando una crisis económica por el gran peso de las exportaciones del crudo en sus economías.  En el caso de Rusia, la política petrolera va a la mano con las sanciones económicas por parte de los Estados Unidos y sus aliados en la Unión Europea.  Las tensiones tienen que ver con el conflicto sobre el control de la parte oriental de Ucrania disputada entre Rusia y el gobierno golpista de Ucrania (apoyado por los EEUU y la UE), la expansión de la OTAN con bases militares estadounidenses en los países vecinos de Rusia y el proyecto ruso de construir un gaseoducto para llevar gas natural a Europa sin pasar por Ucrania sino más al sur.
 
Con respecto a Irán, existen conflictos marcadamente visibles con Estados Unidos sobre su programa nuclear y conflictos menos perceptibles sobre la influencia regional y el control sobre los flujos de petróleo y gas.  Estos problemas también involucran a Arabia Saudita y Qatar, quienes quieren controlar el flujo de gas al mercado europeo.  Para lograrlo, tienen que cortar el flujo desde Rusia y reemplazarlo con gas de Qatar y otros aliados regionales, con sus propias rutas de transporte no controladas por sus enemigos Rusia e Irán.  Es allí donde entra en el cuento la gran importancia de Siria.
 
El gobierno de Bashar Al-Assad en Siria ha sido un aliado importante de Rusia e Irán. Assad anunció (solo dos meses antes de estallar la rebelión en Siria)  que formaría parte de un “gaseoducto islámico” que llevaría gas natural de Irán, pasando por Irak y Siria finalmente conectándose a Grecia y el mercado de la Unión Europea.  El proyecto sería muy lucrativo para Siria y también favorable para Europa, pero la UE se opone en apoyo a sus aliados en el Golfo Pérsico.  Siria también figura en las rutas planeadas por Qatar y sus aliados, incluyendo Turquía (principal transportador de gas a la UE) que quedaría excluido de la nueva ruta planeada por Irán con el apoyo de Rusia y Siria, además de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.  Este conflicto geopolítico explica el fuerte apoyo de estos países y sus aliados occidentales a los rebeldes sirios.  Para los Estados Unidos, el triunfo de sus aliados en la región en el contexto de sus planes de controlar los flujos de gas asegurará que las transacciones de este sigan denominadas en dólares estadounidenses, lo cual ayudará a mantener la demanda, el valor y la supremacía del dólar en el mundo y el sistema de reciclaje de petrodólares a la deuda estadounidense.
 
Por supuesto, muchos otros países son afectados por la caída del precio del petróleo.  Para los grandes productores como Nigeria y Libia, los resultados son tan devastadores como para Rusia e Irán; para Estados Unidos y sus aliados, esto parece ser un efecto no deseado pero aceptable como “daño colateral”.  En el caso de Venezuela, el gran daño a la economía nacional y potencialmente al gobierno de Nicolás Maduro es otro beneficio para los Estados Unidos, dado su hostilidad a este gobierno y su apoyo a la oposición venezolana.
 
Sin embargo, algunos analistas prenden las alarmas sobre el riesgo de posibles resultados desastrosos producto del desplome del precio del petróleo para los Estados Unidos y la economía mundial.  Lo anterior se debe a los efectos que los cambios en el precio del petróleo tienen sobre otros precios, tanto de productos como de activos financieros.
 
Aunque para los países que no exportan petróleo los bajos precios del mismo deberían ser una ventaja para su producción, sin embargo, hay también efectos nocivos que se están mostrando más poderosos.  El precio del petróleo impacta a la baja los precios de otros productos, sobre todo los commodities que exportan las economías “emergentes” como las de América Latina.  El aumento del precio de petróleo ha fortalecido el dólar estadounidense con la correspondiente devaluación de las demás monedas, no solamente en los exportadores del petróleo aunque más fuertemente en ellos.  Esto está produciendo fugas de capital y reducciones en la entrada de inversión extranjera directa, mayores precios de los bienes importados y estancamiento económico en general. 
 
Pero es en el mundo financiero, fuente de tanta inestabilidad en nuestros tiempos, donde se encuentran los mayores riesgos para la economía mundial.  El bajo precio del petróleo puede acabar con muchas empresas pequeñas dedicadas a la exploración y producción del petróleo, y está golpeando fuertemente a la producción de petróleo de esquisto con fracturación hidráulica en Estados Unidos y otros países – un proceso con altos costos que ha sido estimulado en años recientes por los altos precios.   Las empresas en estas actividades son financiadas en gran parte por bancos pequeños y medianos y a través de bonos de altos rendimientos y altos riesgos (junk bonds o bonos basura).  El colapso de muchas de estas empresas y otras en sectores relacionados al petróleo puede resultar en el colapso de los bancos prestamistas a estas empresas y de los bonos y otros activos financieros relacionados al petróleo.  Esto puede producir un efecto cadena sobre otros activos y mercados financieros, generando una inestabilidad financiera generalizada parecida al efecto del colapso del mercado hipotecario en Estados Unidos en 2007-08. Igual como en este caso anterior, puede haber un gran impacto de una crisis en un sector importante sobre el sistema financiero, y de allí a la economía mundial en general, dado el mismo contexto de fragilidad en mercados financieros altamente conectados, apalancados y especulativos. 
 
En resumen, si la causa inmediata del reciente movimiento de los precios del petróleo es el aumento en la oferta saudí por fines principalmente geopolíticos (aunque el colapso de competidores como los productores del petróleo de esquisto puede ser un motivo económico adicional para Arabia Saudita), los efectos se van a sentir en la geopolítica, las finanzas y todas las esferas de la economía mundial.  Si los efectos se sienten especialmente en los países productores del petróleo, los efectos de largo plazo, aunque incluirán impactos impredecibles y contingentes en las reacciones de los principales actores, pueden ser grandes y tocar áreas económicas y políticas más complejas que las intenciones de los autores de las políticas detrás de los bajos precios.
 
 
Este artículo en: http://oeiunal.blogspot.com/
 

 
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