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Propuesta de reforma del gobierno no mejora el sector salud |
A continuación, Comunicaciones CID publica el análisis de Mario Hernández, profesor de la Facultad de Medicina e investigador del CID, de la Universidad Nacional de Colombia, respecto a la iniciativa presentada por el gobierno para reformar el sector salud.
Lo que se ha dicho es lo siguiente: el desarrollo jurisprudencial que ha hecho la Corte Constitucional sobre el derecho a la salud, en particular, Sobre el derecho fundamental a la atención en salud, ha generado la necesidad de hablar de una ley estatutaria que reglamente, defina y ofrezca las condiciones por las cuales el Estado colombiano garantizarÃa ese derecho. En este momento hay cuatro proyectos de ley, con carácter de ley estatutaria en salud, que llegaron a la Comisión Primera del Senado de la República, y hay dos ponencias que precisamente son diferentes, porque son visiones muy distintas del derecho a la salud: una es construida por el gobierno y la Unidad Nacional, y la otra es construida por la sociedad civil, con fuerzas polÃticas muy diversas, que ofrece una alternativa a ese problema. El gobierno cree profundamente que es necesario limitar el derecho a la atención en salud, a través de un plan de beneficios costo efectivo, es decir que las cuentas de dinero que circulan en el sistema y las necesidades de la gente, se crucen con un plan de beneficios, y lo que quede por fuera que no vaya a la tutela, sino que sea resuelto por una instancia administrativa: una junta médica parecida a la que se propuso en la Ley 1438, pero que sigue siendo un obstáculo muy importante para recibir servicios y bienes que se requieren con necesidad. Nosotros, y digo nosotros porque ahà hemos estado varios sectores de la academia con organizaciones sociales y sectores polÃticos, hemos dicho que, por el contrario, es necesario pensar en el bloque de constitucionalidad, es decir los compromisos internacionales que tiene el Estado colombiano, para definir el derecho a la salud con 13 componentes que incluyen cosas tan obvias como la alimentación sana y suficiente, el agua potable, la vivienda digna, el ambiente saludable, y el trabajo saludable y digno. Allà hay una discusión muy fuerte, porque nosotros decimos que eso implica una serie de polÃticas transversales e intersectoriales, para garantizar condiciones de vida saludables además de los servicios de salud. Y para estos servicios decimos que no es necesario tener un plan de beneficios. No todos los paÃses tiene un plan de beneficios, hay más bien unas exclusiones muy concretas: la primera es que los bienes y servicios en experimentación e investigación, no sean cubiertos por el sistema de salud, sino por el sistema de ciencia y tecnologÃa; los que son estéticos o suntuarios exclusivamente, no los cubra el Sistema; y tampoco es razonable que el Estado asuma el costo de los tratamientos que se pueden prestar en el paÃs, pero que son solicitados en el exterior. Esa es la gran discusión en el campo de la ley estatutaria que tiene que ver con el derecho. El gobierno decidió más bien eludir esa discusión, no quiere seguir avanzando en la ley estatutaria (y lo digo con conocimiento de causa), sino quiere entrar a las comisiones séptimas de Cámara y Senado, mucho más influidas por todos los agentes del negocio de la salud, para presentar un proyecto de ajuste de la Ley 100, que simplemente busca definir algunos elementos de funciones de los actuales actores del sistema sin corregir realmente, los problemas estructurales. Básicamente, lo que dice el gobierno es: vamos a constituir un fondo único con impuestos y con cotizaciones (algo que muchos hemos propuesto), pero conserva a unos intermediarios que ahora van a ser de distintos tipos: pueden ser los entes territoriales para el régimen subsidiado; unas gestoras para el régimen contributivo; y la medicina preparada o seguros privados para los ricos, es decir, para los seguros que se pagan del bolsillo de la gente. Eso mantiene dos cosas: la intermediación financiera que ha sido nefasta para el Sistema, con otras palabras y con una serie de eufemismos, porque mantiene esa intermediación; y por otro lado la segmentación que es muy grave en este paÃs. Tenemos salud para pobres, salud para medios y salud para ricos. El CID ha comprobado en Bogotá, a través del Observatorio para la Equidad en Calidad de Vida y Salud, junto con la SecretarÃa de Salud, que hoy en dÃa se siguen muriendo dos veces más mujeres en el régimen subsidiado cuando están embarazadas, que en el régimen contributivo, aunque tienen el mismo plan de beneficios. A una se le trata como pobre y a la otra se le trata como un sector medio, y obviamente, si se le compara con las de medicina prepagada, las diferencias son todavÃa más grandes. Eso quiere decir que la propuesta del gobierno no está resolviendo el problema, está profundizando la segmentación, y generando el negocio en las distintas instancias: para los ricos que haga su negocio la medicina prepagada; en los sectores medios, que también tengan su protección las gestoras; y para los pobres, le damos la plata a los entes territoriales y “que la gobiernen ellos”, pero esa no es realmente una buena solución. Por ello, ese sector de la sociedad civil que presentó ese proyecto de ley Estatutaria, va a presentar también simultáneamente con el gobierno, un proyecto de ley ordinaria, coherente con la idea de una garantÃa universal del derecho a la salud a través de un sistema único de seguridad social en salud que respete y conserve el carácter público de los recursos, y que supere el negocio tan terrible que hay en salud. Hablamos de un fondo integrado, pero asignado territorialmente; es decir, de territorios de salud que serÃan manejados por fondos públicos y articulando acciones individuales y colectivas, y acciones intersectoriales con un gran énfasis en atención primaria en salud, que en el mundo ha demostrado que cuando se hace bien, logra prevenir muchas cosas, y disminuir los gastos en salud; y con una serie de polÃticas simultáneas, importantes de estabilidad laboral, de calidad del trabajo en salud, de formación del recurso humano para las necesidades de salud del paÃs, de ciencia, tecnologÃa e innovación y de control de precios, y asà evitar los abusos que hay alrededor de medicamentos, equipos médicos y en salud en general. Tenemos pues propuestas muy distintas para superar la crisis de la salud. El paÃs debe entender que es un debate muy profundo, de carácter polÃtico, donde la sociedad es la que debe escoger si quiere salud universal, sin obstáculos, simplemente presentando la cédula, o quiere seguir teniendo salud para pobres, para medios y para ricos. Es una decisión polÃtica de toda la sociedad colombiana.”
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