|
||||
Las crisis invisibles |
En un informe especial, la BBC se dio a la tarea de revisar cada una de ellas para analizar su esencial invisibilidad, con una técnica similar a la que usó Edgar Allan Poe en su célebre cuento La carta robada: la mejor manera de esconder una carta comprometedora es dejarla a la vista. 1. Invisibilidad del desempleo La Organización Internacional del trabajo (OIT) calcula que 50 millones de personas se agregarán a las filas de desocupados en 2009: el número total será entre 210 millones y 239 millones. La crisis es planetaria. La máxima potencia, Estados Unidos, tendrá unos 14 millones de personas de desempleados (10 por ciento de la población económicamente activa). En América Latina habrá entre tres y cuatro millones de nuevos desempleados. En Asia el desempleo regional podrÃa rozar el 6 por ciento. A lo que hay que agregar el galopante crecimiento del subempleo, como indicó a BBC mundo el director del Instituto de Estudios Laborales de la OIT Raymond Torres. "En muchos paÃses ha aumentado el número de gente que está trabajando a tiempo parcial aunque quisiera trabajar a tiempo completo. En muchos casos se ha llegado a acuerdos para reducir el número de horas de trabajo a cambio de conservar el puesto laboral", indicó Torres. A pesar de esto, la crisis laboral ha quedado relegada a un segundo plano en la agenda de los medios de comunicación. Más grave aún, en la agenda gubernamental, está muy por detrás de la salud del sector financiero. Unos 32 paÃses anunciaron medidas de estÃmulo fiscal por unos dos millones de millones de dólares destinados a reactivar la economÃa e impedir un agravamiento de la situación. Esto es la mitad de lo que se ha gastado en el sector financiero. La ayuda directa al empleo es Ãnfima en comparación, aunque en el mundo desarrollado, hay que tomar en cuenta el seguro social que cubre a los desempleados. 2. Invisibilidad de la pobreza
"El modelo de crecimiento económico que hemos tenido no ayuda a revertir esta situación. La informalidad, por ejemplo, no sirve para la reducción de la pobreza", indicó Torres a BBC Mundo. Esta informalidad forma parte de la desregulación económico-laboral de las últimas décadas. La contrapartida de este modelo económico-social ha sido el crecimiento de la desigualdad y la caÃda del salario real. En Estados Unidos por ejemplo, el salario real promedio está hoy por debajo del que existÃa en 1979: el de los más pobres es un 20 por ciento menor. En este mismo perÃodo la deuda individual estadounidense pasó de 46 al 98 por ciento del PIB. La conclusión salta a la vista. El crédito fácil fue la manera de sustituir la caÃda del salario real y sostener el consumo, verdadero motor del crecimiento económico estadounidense. A nivel global este modelo de crecimiento generó un consumidor y deudor mundial (Estados Unidos) y un nuevo acreedor y exportador de productos baratos (China). Segunda conclusión, entonces. Lejos de pertenecer a la sección de temas "sociales", la pobreza es clave en la actual crisis económica. 3. Invisibilidad del hambre
El presidente del Banco Mundial Robert Zoellick calcula de otra manera el impacto de la actual crisis: este año van a morir 400.000 niños más de los que ya mueren por pobreza extrema o indigencia. Pero lo cierto es que desde la caÃda del muro de BerlÃn y el llamado fin de las ideologÃas, el hambre, la pobreza y el desempleo se han naturalizado: forman parte inevitable del paisaje social. A nadie escandaliza que esto suceda al mismo tiempo que el desarrollo tecnológico permite viajar a otros planetas o sumergirnos en el ciberespacio. La economÃa no sale indemne de esta crisis social. Un elemento central de la actual debacle es la caÃda de la demanda mundial, es decir, del consumo. Sin embargo, lo que faltan no son consumidores, ya que éstos 1.020 millones de personas saltarÃan de alegrÃa si pudieran incorporarse plenamente al circuito de los incluidos. En este caso, la economÃa mundial tendrÃa un problema distinto: potenciar la producción (y el empleo) para satisfacer la demanda. 4. Invisibilidad de los activos tóxicos
Esta aparente ignorancia es un escándalo en sà mismo. ¿Cómo explicar que a dos años de comenzada la crisis las instituciones financieras todavÃa no sepan o no digan o no puedan dar a conocer cuánta deuda acumulan y hasta dónde están expuestos? Desde los registros contables más rudimentarios en los albores de la civilización hasta el desarrollo de la contabilidad moderna durante el renacimiento, se supone que cualquier empresa conoce qué tiene y qué debe: el famoso debe y haber de la escuela secundaria. ¿Qué ha pasado con estos balances contables de las instituciones financieras? ¿Existen, desaparecieron, son fraudulentos, generarÃan pánico revelarlos o nadie tiene la menor idea porqué hemos vivido en el peor de los caos financieros? De eso no se habla. 5. Invisibilidad de los paraÃsos fiscales Una de las razones por las que no se termina de conocer la suma total de las deudas incobrables o activos tóxicos es que se encuentran diseminados en la opacidad de los paraÃsos fiscales. Esta opacidad es una red de filiales, sucursales y compañÃas fantasmas que operan bajo la regulación laxa o nula de esas jurisdicciones. Los especialistas calculan que los paraÃsos fiscales mueven unos 11.000 millones de dólares, equivalente al Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos. El derrumbe de los bancos en los últimos dos años está vinculado a la existencia de los paraÃsos fiscales. La caÃda del Bear Stearns se produjo meses después del hundimiento de dos de sus fondos de alto riesgo (hedge funds) registrados en un buzón de correos en las Islas Caimán. La mecánica era clásica. Estos fondos de alto riesgo recibÃan préstamos apalancados (con un endeudamiento muy superior a su capital) para que especularan con tÃtulos y valores vinculados a las hipotecas sub-prime. Aunque existÃan gracias al respaldo de la casa matriz, los fondos que movÃan no figuraban en los balances contables del Bear Stearns porque ‘pertenecÃan’ a las compañÃas en los paraÃsos fiscales. Las personas dirán que el tema dista de ser invisible, ¿acaso no fue uno de los más importantes de la cumbre del G20 en abril? En el comunicado final de la cumbre se afirmó que "la época del secreto bancario ha terminado". El mensaje era que, de ahora en adelante, la transparencia serÃa la norma. Sin embargo, para Juan Hernández Vigueras, autor de "Al rescate de los paraÃsos fiscales", la cumbre del G20 fue una cortina de humo. "Las declaraciones del G-20 en favor de una regulación y supervisión del sistema financiero global se contradicen con la polÃtica de rescates bancarios efectuadas sin alterar el funcionamiento de las entidades en paraÃsos fiscales", indicó a BBC Mundo. A falta de una nueva regulación financiera internacional, los bancos pueden hacer - quizá están haciendo - las mismas operaciones que llevaron a la peor crisis económica desde la gran depresión que se inició en 1929. Fuente: BBC Mundo - EconomÃa
|
-
OTRAS NOTICIAS
-
Próximo Debate CID abordará la construcción territorial de la paz
-
Las sanciones aumentarÃan el recaudo fiscal
-
Microcrédito agrario, tema de investigación entre universidades del Zulia y Nacional
-
Congreso INTERGES 2016, un espacio para interactuar y debatir
-
Inflación de enero 2016, los temores se acrecientan.
-
Se acerca el I Congreso Internacional de Gestión de las Organizaciones
-
El reto con las innovaciones y patentes es que todos ganen
-
Propiedad intelectual en el Plan de Desarrollo: Bayh-Dole a la colombiana
-
Un salario mÃnimo 'decente'
-
El plan es cautivar turistas extranjeros*
-
El campo: vientos de reflexión y de transformación
-
Colombia debe subir el impuesto al tabaco para controlar el consumo
-
EconomÃas ilÃcitas se romperÃan con acceso a servicios sociales
-
III Congreso Global en Contabilidad y Finanzas, espacio para miradas alternas
-
Mercado financiero de derivados, con amplias oportunidades de mejora
-
Cuentas 'non sanctas' en la tributación colombiana*
-
Próximo Debate CID abordará la construcción territorial de la paz