Roma, 16-Nov-2009 (Prensa CID). Durante los próximos tres días la capital de Italia será la sede de la Cumbre sobre seguridad Alimentaria, convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Al encuentro asisten más de 60 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos los presidentes de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, que inauguraron hoy la Cumbre durante la cual se discutirá sobre una de las mayores tragedias que azotan al mundo: el hambre, un problema que se ha agudizado en los últimos dos años por la crisis económica.

Italia, país anfitrión, será el único de los llamados ricos que participará en la cumbre. En este encuentro se abordará el tema de la ayuda financiera para la lucha contra el hambre. La organización internacional de ayuda Oxfam afirma que los países ricos cometen un terrible fallo y no muestran ningún interés. Aproximadamente 1.000 millones de personas en todo el mundo sufren carencias alimentarias y se estima que cada 6 segundos muere un niño de hambre.

La Cumbre, convocada oficialmente "para dar un nuevo impulso a la lucha contra el hambre y la desnutrición" deberá establecer una nueva estrategia para frenar el aumento del número de personas que padecen hambre en el mundo, que pasó de 850 millones en el 2008 a 1.020 millones en el 2009.

Pese a la ausencia de los presidentes y primer ministros del G8, a excepción del italiano Silvio Berlusconi, mandatarios de varios países de América Latina asisten, entre ellos el de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, la de Chile, Michelle Bachelet y el ex obispo católico paraguayo Fernando Lugo así como el uruguayo Tabaré Vázquez.

El presidente del Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, solicitó el lunes "voluntad y determinación política" para la lucha contra el hambre en el planeta, mientras la mandataria de Chile, Michelle Bachelet, se refirió a la "inequidad social" como punto de partida para combatir el mal durante la celebración de la cumbre sobre Seguridad Alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El presidente Lula afirmó, ante más de 60 líderes del mundo, que "la experiencia del Brasil y la de otros países demuestra que la lucha contra ese problema exige ante todo voluntad y determinación política". Así mismo, recordó que en Brasil se lograron los objetivos de erradicar el hambre y la pobreza con la aplicación de programas estratégicos que rindieron exitosos frutos en los siete años de su Gobierno.

"Nuestras iniciativas políticas permitieron que el Brasil retirara 20 millones 400 mil personas de la pobreza y redujera en un 62 por ciento la desnutrición infantil, quebrando el ciclo de miseria y desesperanza", dijo Lula Da Silva.

La asociación no gubernamental ActionAid, premió a Lula por haber conseguido disminuir el hambre en su país con la correcta aplicación de políticas adecuadas.

Lula Da Silva cuestionó a la comunidad internacional por no atender con responsabilidad este asunto. "Muchos parecen haber perdido la capacidad de indignarse con un tal sufrimiento", afirmó. "Nadie ignora que producimos lo suficiente para alimentar de sobra a toda la humanidad", aseguró el presidente del Brasil y calificó el hambre como "la peor arma de destrucción de masas del planeta".

Lula también acusó a la "especulación irresponsable" y a la ausencia de "una reglamentación" del sistema financiero por parte de los países ricos en torno a sus productos. "Gastaron millones y millones de dólares para salvar a los bancos quebrados. Con menos de la mitad de esos recursos hubiera sido posible erradicar el hambre en el mundo", subrayó.

Por su parte, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet hizo referencia a la "inequidad social" en su intervención en la cumbre de Roma, como la causa probable del flagelo del hambre en el mundo.

Bachelet afirmó que una de las las variables de este problema mundial lo constituye la existencia de "sociedades excluyentes" y agregó que "será imposible resolver el problema del hambre si no ponemos, de una vez por todas, el problema de la inequidad, al interior y entre los países, en el centro del debate mundial".

La mandataria chilena apoyó los mecanismos que la comunidad internacional ha puesto en marcha para "evitar una nueva depresión" y ajustar un repunte de la economía mundial "para evitar un desplome social". "Así como el mundo fue capaz de gastar trillones de dólares para evitar el desplome económico, ahora es necesario un esfuerzo similar para evitar un desplome social", aseveró.

Bachelet se refirió también a los resultados que arrojó la implementación de medidas apropiadas para la lucha contra el hambre. "Resolvimos nuestros problemas de seguridad alimentaria porque disminuimos la pobreza del 38 al 13 por ciento y la extrema pobreza del 13 al 3 por ciento, y lo logramos porque construimos gradualmente un sistema de protección social", aseguró.

La presdienta de Chile concluyó asegurando que el hambre no descansa en la ausencia de alimentos sino en la existencia de sociedades excluyentes.

Durante el primer día de la cumbre, los 193 países miembros de la FAO adoptan una declaración, cuyo proyecto (consultable por internet), ha sido tildado de "decepcionante" tanto por la conferencia episcopal italiana como por el alcalde de Roma, Gianni Alemanno. Acontinuación presentamos algunos apartes del contenido:

"Nos comprometemos (...) para que deje inmediatamente de aumentar -y se reduzca considerablemente- el número de personas que sufren a causa del hambre, la malnutrición y la inseguridad alimentaria", sostiene el texto.

"Nos comprometemos a adoptar medidas encaminadas a erradicar de manera definitiva el hambre lo antes posible", agrega la declaración, sin fijar una fecha concreta ni otorgar fondos especiales ante la nueva ola de hambrunas.

"No hay nada nuevo con respecto a los compromisos adoptados hace cinco años, y en el 2008, cuando acordaron reducir a la mitad para el 2015 el número de personas desnutridas. Para los países de América Latina es distinto porque han adoptado con ellos mismos el compromiso de erradicar completamente el hambre del continente antes del 2025", explicó Coy.

"El combate contra el hambre se puede ganar", anunció la víspera Jacques Diouf, Director Mundial de la FAO, quien presentó una lista de los 31 países monitoreados por la FAO que están en buen camino para reducir el hambre, en la que figuran Brasil, Colombia, Ecuador, Nicaragua, México.

Diouf pide inversiones por 44.000 millones de dólares al año para los cerca de 2.000 millones de campesinos de los países pobres con el fin de reactivar el sector, considerado clave para alimentar a los más de 9.000 millones de seres humanos que contará el planeta en el 2050.

La organizaciones no gubernamentales, entre ellas ActionAid y Oxfam, han criticado la celebración de la cumbre por ser un "mero derroche de tiempo y dinero" así como el método y los recursos hasta ahora alcanzados para promover una salida justa de la crisis alimentaria.

Otra de las intervenciones del día lunes fue la del Papa Bendicto XVI quien acompañado por el cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone, fue recibido en la sede de la FAO por su director general, Jacques Diouf. En el atrio saludó a los once subdirectores de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. A continuación, recibió en el Aula Magna la bienvenida del secretario de la ONU, Ban Ki-moon; del presidente de la Asamblea General de la ONU, Ali Triki; y de Silvio Berlusconi, en calidad de presidente de la Asamblea de la FAO.

Presione aquí para ver y descargar el PDF con la intervención completa del Papa Benedicto XVI pronunicada durante los protocolos de instalación de la Cumbre Alimentaria FAO 2009