inicio
sedes
correo
pd
PDF Imprimir Correo electrónico
Un dragón con sed de crudos pesados*

 A continuación, Comunicaciones CID publica un artículo de análisis sobre el último plan quinquenal de la China y su efecto en el mercado energético, de autoría de Juan Carlos Santa Cruz, analista de mercados de Ecopetrol, y ex alumno de la primera cohorte del diplomado sobre Asia-Pacífico, organizado por la FCE y el CID. El artículo fue publicado en  la revista Carta Petrolera (Edi-126, junio-agosto, 2011).

 

Juan Carlos Santa Cruz
Ex alumno primera cohorte diplomado Asia Pacífico
Facultad de Ciencias Económicas - Universidad Nacional de Colombia

Bogotá D.C. 09-mar-2012 (Prensa CID). El “Plan Quinquenal de China para el Desarrollo Económico y Social” es una herramienta que el Gobierno emplea para fijar políticas, directrices y metas de desarrollo en ciclos de cinco años. Cada plan toma como punto de partida los logros en planes anteriores, los marcos de desarrollo a largo plazo y un gran número de iniciativas que son sometidas a revisión durante su ejecución. Aquí se analiza el décimo segundo plan quinquenal (2011 – 2015) y sus posibles impactos sobre el mercado de energía y más específicamente sobre el mercado de crudo pesado.

Los objetivos estratégicos del décimo segundo plan quinquenal de China, aprobado en marzo de 2011, son reequilibrar la economía, reduccir la inequidad social y proteger el medio ambiente. Los sectores que impulsará el plan son tecnología, energía y salud.

Considerando los resultados observados en los últimos planes, el objetivo de crecimiento económico presenta una mayor relevancia que los demás objetivos planteados. En China, el crecimiento económico de los últimos 30 años ha sido de 10% en promedio, impulsado por exportaciones e inversión en activos. Luego de la crisis financiera mundial de finales de 2008 y principios de 2009, ante la caída generalizada de la demanda de productos a nivel mundial, China experimentó un fuerte descenso en sus exportaciones que se reflejó en una pérdida masiva de empleos. El Gobierno respondió con paquetes masivos de estímulo fiscal y el Banco Central de China flexibilizó su política monetaria vía recorte de las tasas de interés y liberación de cupos de crédito a los bancos. Estas medidas amortiguaron el impacto sobre la economía.

Consecuentemente, China se ha percatado de la excesiva dependencia de la economía sobre las exportaciones e inversión extrajera, por lo que en el plan quinquenal vigente se destaca la importancia de crear un modelo de crecimiento más equilibrado que será dirigido por el consumo interno y con menor dependencia sobre exportaciones e inversión extranjera.

La meta en términos de crecimiento económico es de 7% (frente a una meta del 7,5% del plan anterior). Alcanzarla le permitirá lograr además los objetivos de empleo e ingreso per cápita.

Un crecimiento más lento de la economía permitirá desestimular la inversión extranjera y concentrarse en el crecimiento del consumo interno.
Por medio de medidas de estímulo fiscal, China ha centrado su atención en el desarrollo de siete sectores industriales que ha denominado “industrias emergentes estratégicas” y que espera que se conviertan en la columna vertebral del crecimiento económico en las próximas décadas. Estas industrias son: biotecnología, nuevas energías, manufactura de equipos de alta gama, conservación de la energía y protección ambiental, vehículos de consumo de energías limpias, nuevos materiales y tecnología de próxima generación.

El gobierno está dispuesto a invertir cerca de cuatro trillones de yuanes1 en el actual plan quinquenal con el objetivo de aumentar la contribución al PIB de las industrias mencionadas, pasando de 5% en 2010 a 8% y 15% en 2015 y 2020 respectivamente.

Desde el punto de vista social, una de las mayores preocupaciones que afrontará China en los próximos años es la desaceleración en las tasas de crecimiento de la población en edad de trabajar. El impacto de la política de control natal (hijo único), implementada en los setenta, comenzará a observarse a lo largo de la próximas décadas con una población en envejecimiento progresivo e incremento sustancial del pasivo pensional.

China tratará de contrarrestar el problema de menor población en capacidad de laborar mediante inversiones en tecnología que permitan aumentar la productividad.

Revaluación sí, pero no es suficiente

China espera que la revaluación del yuan facilite el balance de la cuenta corriente. En julio de 2005, Beijing inició el proceso de flexibilización del sistema cambiario como un gesto de voluntad por continuar acatando las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) luego de su ingreso en 2001. En estos seis años el yuan se ha apreciado alrededor de un 20% con respecto al dólar. Sin embargo, esa apreciación es menor a la esperada, debido a las constantes intervenciones del Banco Central en el sistema cambiario.
Su política de tasa de cambio le ha permitido a China participar a gran escala en los mercados de divisas y, a su vez, ha sido un factor trascendental para el incremento del superávit comercial y en cuenta corriente de años recientes. Y tal es la importancia de la revaluación del yuan para la economía mundial, que países desarrollados como Estados Unidos han mostrado un interés firme en la continuidad de la política de revaluación como un estímulo al sector exportador.

Si bien el gran superávit en cuenta corriente de China se ha generado por el incremento significativo de las exportaciones, que a su vez es consecuencia de la apertura económica que ha estimulado la inversión de compañías extranjeras, especialmente en el sector manufacturero, permitiendo así un crecimiento económico acelerado; el modelo chino de crecimiento económico basado en el ahorro, la inversión y exportaciones, que logró su mayor impacto de 2000 a 2010, no será sostenible en los próximos años a medida que China se integre aún más a la economía internacional y que por tanto, esté expuesta a un mayor grado de vulnerabilidad a las fluctuaciones de mercado.

A impulsar importaciones

Como se dijo anteriormente, el gobierno chino ya es consciente del riesgo que está corriendo al depender únicamente de las exportaciones y de la inversión extranjera. Por esto, en el presente plan quinquenal pretende aprovechar la revaluación del yuan para fortalecer el consumo interno vía incremento de importaciones.

Esa medida es una gran oportunidad de expansión y consolidación para los países que exportan o planean exportar bienes (incluyendo materias primas) y servicios a China. Se dice que las posibles presiones inflacionarias que se desprendan del mayor consumo interno en China ya han sido contempladas en la política monetaria del Banco Central.

Por el lado de la oferta, la política de reequilibrio económico pretende moderar el crecimiento en la producción de sectores como construcción y manufactura de bienes de capital y de insumos como el acero y el cemento, caracterizados por un consumo masivo de energía y altos niveles de contaminación, dando paso de esta forma al cumplimiento de sus compromisos en materia ambiental. Para compensar la problemática laboral que se desencadenaría ante la aplicación de esta medida, el plan quinquenal contempla el fortalecimiento de sectores que hagan un uso intensivo de fuerza laboral tales como el de servicios y manufactura liviana. De esta manera es como el reequilibrio económico se articularía con algunas de las iniciativas de conservación ambiental.

En este punto es posible que surjan cuestionamientos sobre el futuro de la situación laboral en China. Al respecto, el Gobierno parte de su premisa de desarrollo inclusivo y el aumento del gasto público en salud, educación y aplicación de estímulos fiscales para la creación o expansión de empresas hacia los lugares con menor desarrollo económico (zona centro-occidente caracterizada por tener economías rurales). Adicionalmente, ha prometido incrementar los salarios mínimos con el fin de garantizar un mayor bienestar en la población al tiempo que genera un mayor dinamismo en el consumo interno.
Junto con la revaluación del yuan y el reequilibrio gradual de la economía, hay otros factores que ejercerán un efecto moderador de las exportaciones e impulsarán las importaciones. Por el lado de las exportaciones, el gobierno planea eliminar una serie de exenciones tributarias a los sectores que hacen uso intensivo de la energía tales como acero, metales no ferrosos, vidrio y plástico. Adicionalmente, un factor que se cree desestimulará la inversión extranjera directa en China es el surgimiento de economías pequeñas como Vietnam, Cambodia, y Bangladesh, las cuales se perfilan como competidores potenciales debido a la oferta de mano de obra a menor costo y mínimo riesgo de activismo laboral.

Más crudo en la demanda de energía

Aún con las iniciativas ambientales sobre la eficiencia en el consumo de energía que se despliegan en el plan quinquenal vigente, es importante remarcar que su cumplimiento está sujeto a la consecución de las metas de crecimiento económico. El gobierno chino, pese a los esfuerzos por procurar un manejo más eficiente de la energía, es consciente de que el crecimiento esperado de los próximos años requerirá un aumento inevitable en el consumo energético y un mayor acceso a fuentes de suministro.

Se cree que es poco probable que el problema de escasez de recursos naturales en China se refleje en un suministro inadecuado de petróleo y otras fuentes primarias de energía e impidiera el logro de las metas de crecimiento económico fijadas a 2015.
En términos de demanda agregada de energía primaria, se estima que el petróleo seguirá ocupando el segundo lugar después del carbón a 2015. Sin embargo, se destaca el aumento del consumo de crudo y todo indica que seguirá la tendencia con volúmenes incrementales de petróleo importado.

Se estima que la producción interna de petróleo tendrá un leve aumento en los próximos años. Pasará de 3,7 millones de barriles día (Mbd) en 2010 a 4 Mbd en 2015 y 4,6 Mbd en 2020. Entre tanto, se calcula que la demanda pasará de 8,5 Mbd a 10,8 Mbd en 2015 y 13,6 Mbd en 2020.

Si esas cifras se concretan, las importaciones de petróleo a China pasarán de 4,7 Mbd en 2010 a 6 Mbd en 2015 y 9 Mbd en 2020.

Como consecuencia de ese incremento en la demanda de petróleo, entre algunos otros factores, se espera un crecimiento en el precio del barril de crudo de alrededor de US$50 entre 2010 y 2020, pasando de un promedio de US$79,38 por barril en 2010 a US$134 en 2020.

El aumento que tendría el valor de las importaciones de crudo ya ha sido contemplado por el gobierno chino en su presupuesto y es considerado un elemento que contribuirá al equilibrio en la cuenta corriente.

Un riesgo de gran impacto que China ha considerado para el crecimiento esperado de su producto interno bruto (PIB) es la interrupción en el suministro de crudo. Es por esto que ya cuenta con una reserva estratégica de 102 millones de barriles (Mb) en Zhenhai, Daishan, Huanghai y Dalian. Además planea expandir su capacidad total de almacenamiento a 230 Mbd.

Una estrategia que el gobierno chino está empleando para asegurar el acceso continuo a fuentes de suministro de crudo es la adquisición y financiación a gran escala de activos offshore y onshore en países productores rechazados, en su mayoría, por Estados Unidos. Por ejemplo, Sudán, la Faja del Orinoco en Venezuela y algunos países de Oriente Medio. Las compañías petroleras chinas que mayores planes de inversión han mostrado bajo este esquema son CNOOC, SINOPEC y CNPC.

El coque demanda pesados

Profundizando un poco más en el tema de demanda de petróleo y refinados en China, en el plan quinquenal el gobierno aspira a que esté jalonada desde el sector industrial y de transporte.

El crecimiento de la demanda de crudos provendrá de una de las mayores adiciones en capacidad de refinación del mundo, ya que China pasará de refinar 10,6 Mbd en 2010 a cargar 12,7 Mbd en 2015.

Al interior de este aumento en su capacidad de procesamiento se destaca el alza en la capacidad de coquización que pasará de 1,4 a 1,5 Mbd durante el mismo período. Así, China será al final del lustro uno de los mercados más atractivos para los productores de crudo pesado (ver Mapamundi en las páginas finales de esta edición de Carta Petrolera).

Si bien Estados Unidos es el país con la mayor capacidad de coquización del mundo, una amenaza para los países que exportan crudo pesado a este mercado es la entrada de mayores volúmenes de crudo canadiense a la costa del Golfo de México que podrían llegar hasta allí si el proyectado oleoducto desde Alberta se concreta. Los países productores tendrían entonces que mirar a otros mercados.

Emisiones de CO2 en alza

Al igual que con el petróleo, China también incrementará sus importaciones de carbón con todo y que se espera que su producción crezca de 3,3 millardos de toneladas métricas en 2010 a 5,1 millardos de toneladas métricas en 2020. Adicionalmente, China seguirá eliminando barreras a las importaciones en cumplimiento a los compromisos adquiridos ante la OMC.

El aspecto ambiental es quizás uno de los más serios desafíos al crecimiento de la demanda de energía en China. En 2008, el país emitió cerca de 6.534 millones de toneladas de CO2 a partir del consumo de combustibles fósiles, el 21% del total de emisiones del mundo (le siguió Estados Unidos con 19%).

Aunque se han mostrado algunos avances en las metas de reducción de emisiones en relación con el crecimiento del PIB (14,4% en el décimo primer plan quinquenal frente a 24% en el décimo), el gobierno pretende lograr múltiples objetivos entre los que emergen ciertos conflictos. Por ejemplo, se considera que la expansión de la industria automotriz es relevante para el crecimiento, sin considerar el impacto ambiental de esta medida.

A pesar de que China ya ha mostrado algún interés por involucrarse en temas de conservación ambiental, eficiencia en el manejo de la energía y desarrollo de energías limpias, se espera que aumente sustancialmente sus emisiones de CO2 de acuerdo con el crecimiento económico proyectado, incluso si la economía es exitosamente reequilibrada.

El gobierno chino ha dejado claro que el principal enfoque del plan quinquenal vigente es el logro de la meta de crecimiento económico por lo que no accederá a compromisos de emisiones con entes internacionales si tales obligaciones representan un riesgo para el logro de su meta de crecimiento. Por esta razón, se estima que el tema ambiental no impacte significativamente la demanda de energía incluyendo la de combustibles fósiles.
 

1.  6,50 yuanes = US$1 (promedio mayo de 2011)

 * Artículo publicado en la revista Carta Petrolera (Edi 126 junio-agosto 2011).

 
Module CID Centro de Investigaciones para el Desarrollo

Actualmenete esta navegando con el Internet Explorer 6 (IE6).

Su actual navegador debe ser actualizado a la versión 7 del Internet Explorer (IE7) para mostrar adeacuadamente los contenidos.

Obtenga gratis Internet Explorer 7, incluyendo las últimas actualizaciones. Para descargar Internet Explorer 7 en el idioma de su preferencia, por favor visite Internet Explorer 7 worldwide page.

Universidad Nacional de Colombia
Calle 44 # 45-67, Unidad Camilo Torres, Bloque B4
Bogotá, Colombia
Gobierno en Línea Agencia de Noticias UN Contaduría General de la Nación
PBX (57) -1- 316-5000 Ext. 10351
ceninvdes_bog@unal.edu.co

Aviso Legal