La actividad más importante que debe desarrollar la moderna gerencia es la administración profesional de los recursos humanos, en sus dos etapas básicas: selección y mantenimiento.
Juan Jacobo Pavajeau
Catedrático Emérito
Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Colombia
Bogotá D.C., 27-mar-2012 (Prensa CID). De nada le servirÃa a una empresa disponer de abundante capital, representado en equipos modernos y sofisticados, dispuestos en las más bellas y funcionales instalaciones, con los mejores y eficientes diseños, estudiados cuidadosamente para generar efectividad y productividad, si no cuenta simultáneamente con el mejor recurso humano que logre maximizar su utilización. Por esto, las empresas exitosas del mundo no escatiman esfuerzos para contar con gente excelentemente calificada que, a la vez, posea la más alta calidad humana, y, además, tenga claro el concepto de trabajo en equipo.
Asà la actividad más importante que debe desarrollar la moderna gerencia es la administración profesional de los recursos humanos, en sus dos etapas básicas: selección y mantenimiento. La primera es la más compleja y riesgosa, y en ella debe utilizarse ciencia y tecnologÃa para lograr la selección óptima. Cuando se exige calidad humana, se refiere a la aspiración de lograr personas con los más altos valores y comportamiento social, que sepan interrelacionarse armónicamente tanto con sus compañeros como con los superiores jerárquicos.
La vinculación del mejor personal no solo se circunscribe a su buena formación académica, que le posibilite realizar las funciones requeridas. Un PHD podrÃa convertirse en un problema grave si es conflictivo o disociador, si es de aquellas personas negativas que, en cambio de encontrar soluciones a los problemas, le inventan a cada solución nuevos problemas.
En la etapa de mantenimiento, la empresa debe practicar el mayor respeto por los valores tradicionales, culturales, polÃticos, religiosos y las tendencias sexuales del ser humano.
En el caso de las promociones a cargos que requieran subalternos, se debe evaluar si los potenciales jefes serÃan temerosos de seleccionar aspirantes mejor calificados que ellos mismos por temor a encontrar en los aspirantes una seria competencia futura. Las personas equilibradas y seguras de sà mismas, saben muy bien que en la medida en que los colaboradores sean mejores y más calificados, -mejores que uno mismo–, la gestión del responsable será más exitosa y lucirá más. Asà se logrará la conformación del equipo eficiente y, por lo tanto, serán los jefes los primeros beneficiados.
El documento 2019 elaborado por el Gobierno anterior menciona que el BID ha señalado que en nuestro paÃs “la productividad laboral muestra una situación preocupante”, puesto que entre 47 paÃses analizados ocupó el puesto 40. Explica, de manera tÃmida, como razón poderosa y causal del bajo rendimiento las “deficiencias en las relaciones laborales”. Esta es como una declaración oficial de reconocimiento de la carencia nacional de gerencia actualizada en el manejo de los recursos humanos del paÃs.
Se podrÃa decir que en los departamentos de personal de la mayorÃa de las empresas colombianas predomina la tendencia hacia la represión y el castigo. Por esto, no es extraño que sean generadores de terror y, en no pocas ocasiones, odio hacia los jefes. En contraposición a la motivación y el reconocimiento, ostentan un estilo gerencial que es la antÃtesis del liderazgo, que debe caracterizar la gerencia moderna, más especÃficamente la de recursos humanos del siglo XXI.
Con frecuencia se observa que los trabajadores, aun conscientes de su gran dependencia económica con la empresa, en el caso de que esta se vea afectada por calamidades, internamente sienten alegrÃa como un sentimiento de venganza contra sus patrones. Los gerentes colombianos inspiran temor, subestiman a sus subalternos, les exigen de manera aplastante y los maltratan moralmente, es decir, son tÃpicos antilÃderes.
Se pasa por alto el hecho de que no son los trabajadores los que logran mayor o menor grado de productividad, sino los empresarios, con su dirección y liderazgo. En las naciones más competitivas, a los dirigentes de las organizaciones les corresponde actuar principalmente como motivadores, además de orientadores. En su condición de lÃderes, son quienes deben impulsar el mejoramiento y el cambio edificante.
Esto se logra por medio de la combinación de diversos mecanismos, como las compensaciones justas, no necesariamente traducidas y circunscritas a lo pecuniario. La mejor utilización de los valores individuales del personal hace sentir a cada empleado importante e indispensable para el funcionamiento sincronizado de la organización. Saberse importante es valioso para el cumplimiento de los objetivos, y más sentirse digno de que se le confÃen grandes responsabilidades. Asà se desarrolla el sentido de pertenencia como factor determinante de productividad y competitividad.
Vale la pena destacar el hecho de que “las empresas más admiradas” y exitosas, las que clasifican entre las 500 primeras en las listas de las revistas ‘Fortune’ y ‘Forbes’, se han distinguido porque sus departamentos de recursos humanos tienen una filosofÃa muy clara, que se sintetiza en un objetivo fundamental: “Hacer felices a los trabajadores”. Este vital principio filosófico se fundamenta en una reflexión que parecerÃa obvia: “Trabajadores felices son trabajadores más productivos” la que se explica suficientemente cuando se ven los resultados.
Se encuentra la explicación del porqué grandes empresas multinacionales, con miles de trabajadores, no existen sindicatos. Y, además, tienen el más alto sentido de pertenencia, hasta el grado de que cuando los trabajadores deben retirarse por cualquier evento, este hecho les ocasiona un profundo sentimiento de tristeza.
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