Bogotá, mayo 26 de 2009. Las compañías automotrices General Motors (GM) y Chrysler enfrentan la situación más difícil de su historia, ya que mientras la segunda está bajo la protección de las leyes de bancarrota, GM podría declararse en quiebra.
 
Los analistas estadounidenses advierten que es muy probable que GM, que debe presentar un plan de reestructuración viable antes del primero de junio, se acoja a la protección que otorga la ‘Ley de Quiebras’ de Estados Unidos antes de esa fecha tal como lo hizo Chrysler, incluso en caso de que le otorguen concesiones de último minuto.
 
Aunque la semana pasada GM obtuvo nuevas concesiones de United Automotive Workers (UAW) y alcanzó un acuerdo similar con el sindicato canadiense, estos acuerdos sociales no son suficientes, ya que todavía falta que GM reestructure 27.000 millones de dólares de deuda obligatoria garantizada.
 
Según información que recogen las agencias de noticias internacionales, hoy vence el plazo para que sus acreedores lleven sus títulos para convertir su deuda en acciones, operación tras la cual obtendrían 10 por ciento del capital, contra 39 por ciento para el sindicato UAW y más de 50 por ciento para el Estado. Sin embargo, esta repartición de las acciones tiene molestos a los inversionistas.
 
Por su parte, el presidente estadounidense Barack Obama aseguró que espera que General Motors y Chrysler emerjan de la crisis más eficientes y más competitivas, pero evitó mencionar una posible quiebra de GM.